Manifestaciones, cartas protesta y grito a la rebelión

Tras casi dos meses de silencio, los emigrantes han dado un paso al frente para demostrar que, como reza la carta a Zapatero, no se van a quedar "de brazos cruzados" ante una reforma que cercena uno de sus principales derechos como españoles: el voto. Cuando la posibilidad de limitar el sufragio de la diáspora era solo un acuerdo verbal, la emigración ya se movilizó. Y lo hizo con contundencia. A mediados de mayo, 2.000 emigrantes afincados en Argentina se echaron a la calle al grito de: "Queremos votar". La marcha reivindicativa terminó ante la Embajada española en Buenos Aires, donde hicieron entrega de dos cartas dirigidas al Rey y a al presidente del Gobierno en las que criticaban los términos en los que tanto los partidos políticos como el propio Gobierno habían planteado la reforma de la Ley Electoral. Este acto tuvo su réplica dos semanas después ante la Embajada de Caracas, con carta incluida al presidente Zapatero, que a lo largo de ese mes recibió cientos de misivas de colectivos emigrantes de todo el mundo reclamando una rectificación. La aprobación en el Congreso de la propuesta el 30 de junio encendió aún más los ánimos y al día siguiente hubo voces que llamaron a enseñar los dientes e incluso animaban a "tomar algún local" para hacerse oír.

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