"Apuesto mi cabeza a que él no fue". Hasta ese punto llegaba entre sus paisanos el entusiasmo en la defensa de Cándido L.L., el vecino de Pomar de Río que fue detenido como presunto autor de uno de los incendios que desde la noche del sábado calcinaron 450 hectáreas de monte en el municipio de Boiro. Mientras en el bar del pueblo los reunidos afirmaban que, si hiciera falta, toda la localidad se uniría para ir a denunciar la injusticia de su detención, el interesado regresaba por fin a su casa, a escasos metros, acompañado por agentes de paisano. Porque Cándido quedó ayer por la mañana en libertad por falta de "pruebas suficientes", según fuentes policiales. Cándido prestó declaración ayer ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Ribeira, un día después de que lo hiciera en Fontiñas el otro detenido, relacionado con el incendio de Teo, y que ya ingresó en la prisión de Teixeiro.

Y aunque "lo peor ya pasó" para Cándido, como afirmó ayer su joven primo Fran -que estaba junto a él cuando los guardia civiles procedieron a su detención mientras hacían todo lo posible para evitar que el fuego alcanzara la huerta familiar-, este hombre de 63 años natural de Muxía no quiso hacer ningún tipo de declaración y con semblante serio y atribulado pidió que se respetase su derecho a la intimidad.

"Está sufriendo él y su familia", subrayó una vecina. "No me gustaría pensar que a un hijo mío le ocurriera lo mismo", añade. Fran, a su lado, lo ratifica: "Lo que él ha pasado no quiero pasarlo yo. No se lo deseo a nadie". Sobre todo, como señala una joven también presente, "cuando te acusan injustamente de algo que no has hecho". Los vecinos de Pomar de Río profesan esta afirmación como si fuese una verdad de fe, más aún cuando el imputado es "una buena persona, educada, que no se mete con nadie y que lleva una vida tranquila, entre la casa y su huerta. No le encontramos sentido a culparlo a él". Un hombre que, además, recalcan, tiene problemas del corazón y que nunca, como indica otro de los presentes, habría podido llegar a las aisladas y abruptas zonas en donde se originaron las llamas. "Pagan justos por pecadores", concluye Pepa.

Una detenida más

Si para Cándido la desventura terminó, de momento, ayer, para la detenida en Betanzos acaba de empezar. Agentes de la Guardia Civil de la localidad imputaron a una mujer de 72 años de edad la supuesta comisión de un delito de incendio forestal por una quema realizada de la que perdió el control. Según la Guardia Civil, la ahora imputada habría provocado este fin de semana un incendio que "arrasó unos cuatro mil metros cuadrados de pastizal y matorral en una zona muy próxima a casas habitadas".

Para la extinción de este fuego, añaden, fue precisa la actuación de efectivos de los servicios de extinción de incendios locales y autonómicos, que movilizaron igualmente varios vehículos propios de estas labores. Los hechos han sido puestos en conocimiento del Juzgado de Instrucción Número 3 de Betanzos.

El fuego sigue sin dar tregua a la Serra do Barbanza y al municipio de Brión

Las lluvias del pasado miércoles llevaron la calma a la mayoría de los montes gallegos, pero en las localidades coruñesas de Brión y Boiro la amenaza de las llamas no desaparece.

Después de que las brigadas lograran sofocar el incendio que calcinó en la Serra do Barbanza unas 450 hectáreas desde el pasado sábado, un nuevo foco volvió a hacer saltar ayer la alarma en el concello de Boiro. Este incendio permanecía a última hora de ayer aún activo, aunque controlado, según la Consellería de Medio Rural.

Y en Brión, en el límite con el municipio de Ames, donde en los últimos días las llamas cercaron varias casas, volvió a registrarse ayer otro fuego, aunque de pequeñas dimensiones. En tres horas los servicios de extinción consiguieron apagar las llamas.

Según la Consellería de Medio Rural, durante la jornada de ayer no se registró ningún incendio de más de 20 hectáreas.

Los focos que se registraron fueron de pequeño tamaño como el incendio de Belesar, en Baiona, donde ardieron 0,2 hectáreas.

Además, las brigadas de extinción consiguieron apagar dos incendios que se habían iniciado el pasado miércoles en la provincia de Ourense. Uno de ellos, el de Cualedro, quemó 56 hectáreas y otro en el ayuntamiento de Manzaneda calcinó 48 hectáreas de monte raso.