Las contradicciones llevaron a Alvariño a ser imputado como autor del fuego de Fornelos

El vecino de Rial, el barrio donde se iniciaron las llamas, declaró al día siguiente ante las cámaras de la Televisión de Galicia que "el que tiene el vicio de encender fuego es como quien bebe vino"

Rafael Alvariño, durante su entrevista el pasado 13 de agosto. / tvg

Rafael Alvariño, durante su entrevista el pasado 13 de agosto. / tvg

Iván Leis Fornelos De Montes

Rafael Alvariño Pillado, de 62 años, es el vecino de Fornelos de Montes imputado por la Guardia Civil en relación con el fuego que el 12 de agosto se declaró en la parroquia de Rial, donde reside, y en cuya extinción murieron dos brigadistas, Julio Martínez y Rodrigo Amo.

Conocido popularmente como O Racha, fue arrestado en la Comandancia de Vigo tras prestar declaración. Su mujer, María Vidal, afirmó que la noche del suceso Rafael Alvariño estaba durmiendo en casa. Pero el imputado aportó un testimonio diferente ante las cámaras de la Televisión de Galicia en la mañana del viernes 13 de agosto. Al ser interrogado por cómo pasó la noche, dice: "La noche en vela, viendo el fuego y los gritos que se oían por todo el monte y los coches amontonados que venían por todas las pistas". En otro momento de la entrevista insiste en que mientras se extendía el incendio no pudo dormir "nada, nada (estaba) todo el mundo mirando por las ventanas y los caminos". El periodista le pregunta qué motivos puede tener alguien para provocar un incendio forestal ya que la Xunta sostiene que es el caso de éste en Fornelos. "Eso sí que no lo sé", contesta Rafael Alvariño, "son problemas que... el que tiene el vicio de encender fuego es como el que tiene el vicio de beber vino", se ríe nerviosamente y concluye "es la misma cosa". Durante la entrevista que emitía la Televisión de Galicia en directo, O Racha relata que el incendio debió comenzar "más o menos a las diez de la noche... no pegué ojo en toda la noche. Fuimos a cenar y cada vez iba a más el fuego", explica.

En otro momento de la conversación, el reportero dice: "¿Dónde empezó el incendio? ¿En el basurero?" a lo que Rafael Alvariño replica: "No, donde se encendió fuego fue en una finca, que creo que incluso es de un familiar nuestro, no sé cómo pudo llegar el fulano allí a plantarle fuego".

La conversación entre el reportero de A Galega y el vecino de Rial se extiende sobre los precedentes del trágico incendio, porque en días anteriores ya se habían producido conatos en varios puntos de Fornelos. "El día 10 o el 11 aquí ya ardió la última casa de Rial", declara Alvariño, que añade: "Intentos por lo menos hubo aquí dos veces".

O Racha dice que ya en un incendio anterior sus hijos "fueron a apagar el fuego ayudando a los bomberos. Casi todos los años hay incendios". Y recuerda los que arrasaron buena parte del monte de Fornelos en 2006: "Hace cuatro años ardió todo, quedó todo barrido".

Preguntado por el periodista de televisión sobre qué hizo al ver el fuego cerca de su propia casa, en donde estaban sus familiares, Alvariño dice: "Estábamos bastante nerviosos porque teníamos miedo por alguna casa que podría correr peligro, como el día 10 o 11..." y sin que tenga que ver con la cuestión añade acto seguido: "Son problemas que tienen que ver los de Medio Ambiente".

En sus declaraciones ante la cámara, el vecino ayer imputado indica que su casa no fue desalojada "porque aún quedó lejos". También se refiere a la rapidez con la que llegaron al incendio los servicios de extinción: "A la media hora llegaron, de Traspielas para abajo y contra la escombrera para arriba, no sé cómo se pudo llegar a eso".

El incendio de Rial pudo afectar (aunque finalmente no lo hizo) a los criaderos de la Sociedad de Caza de Fornelos, con la que una semana antes un hijo del detenido tuvo un conflicto, aunque sus responsables rechazaron la relación entre los dos hechos.

Un incendio calcinó ayer más de 210 hectáreas en la localidad ourensana de Chandrexa de Queixa. El fuego se originó el pasado sábado a las ocho de la tarde y fue finalmente extinguido ayer por los servicios de extinción en torno a las 19.00 horas. A última hora de ayer quedaban, sin embargo, activos, aunque controlados, otros fuegos en Muíños y Vilariño de Conso. Estos dos incendios consumieron 20 hectáreas cada uno. Pero el más preocupante era el registrado en la parroquia de Santa María de Matamá, en el ayuntamiento ourensano de Laza, que seguía activo y fuera de control tras quemar unas 50 hectáreas, según una primera estimación de la Consellería de Medio Rural.

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