En tiempos de crisis, cualquier buena idea empresarial, rentable e innovadora, es recibida con los brazos abiertos. Éste es el caso del porco-leasing, una manera diferente de hacer llegar a la gente a casa carne porcina de calidad y que consiste en alquilar un cerdo, pagando su mantenimiento y con derecho a comprarlo en un futuro. El creador de esta nueva manera de hacer negocio es la firma Porco Landrán, integrada dentro de la empresa gallega Porco Celta Fonsagrada.

Pablo Valledor, socio y veterinario de la firma, explica que la idea nació en 2004. Los socios no querían "una empresa complicada" y se ciñeron al cebo y venta por interne de animales de raza porcina". La iniciativa se centra en alimentar al cerdo adecuadamente y luego mandarlo al matadero. "Después se envían las piezas enteras precintadas, para llegar directamente al consumidor, sin más intermediarios que el vehículo que transporte la carne", dice.

Valledor informa de que ahora están haciendo cambios en su modus operandi. Pretenden que el cliente les diga "cuándo quiere recibir la carne en su casa y dependiendo de eso, podrá escoger uno u otro animal". De este modo, desaparece el seguimiento de un cerdo en concreto por internet, pero el interesado podrá escoger las características del animal seleccionado. Este cambio es la respuesta ante "un problema: las previsiones de sacrificios. Por ejemplo, mucha gente encarga su animal para Carnaval, y no puede ser. Pero con el nuevo procedimiento, "cada uno recibirá en su domicilio el cerdo cuando quiera, aunque ya no será un animal concreto, sino uno que cumple las características exigidas de antemano", detalla Valledor, quien recalca que "el cambio es de carácter estacional, porque un lomo se come todo el año, pero por ejemplo, la cabeza no, porque los clientes la suelen querer para hacer un cocido en Carnaval".

La novedosa manera de llegar al público tuvo desde un principio muy buena acogida. Valledor opina que "esto ocurre porque mejora el coste del producto, motivo por el que la producción inicial se vendió toda". Luego, se incrementó el número de animales porque los socios concluyeron que si no, no podrían "soportar la empresa". Para avanzar más, Porco Landrán puso "distintos puntos de venta" en Galicia, además del comercio convencional en tiendas especializadas, con lo que se buscaba que "la gente pruebe la carne y se interese por la venta directa de la misma". El veterinario también comenta que la empresa le manda "mails a los que se registran en la página web, en los que se incluyen distintas promociones a lo largo del año".

"El perfil de la persona que se interesa por el porco-leasing suele sergente mayor, entre los 55 y los 65 años normalmente, pero hay de todo", aclara Valledor, que añade que al tratarse de gente de edad ya avanzada prefieren "hacer los encargos por teléfono". "Lo más importante es que sepan si quieren un macho o una hembra, y de qué variedad, es decir, carballina, blanca con manchas negras; santiaguesa, blanca; o barcina, blanca con manchas pizarrosas difusas", añade. Pero Valledor tiene claro que "a la gente le apetece mucho más tener al animal en la fecha exacta que recibir a un cerdo determinado".

El pago del animal se hace en 14 mensualidades. "La última de las cuotas es de ajuste: cuando se sacrifica el cerdo si pesa más de lo previsto se hace un cargo en la cuenta del cliente, y si el peso es menor del estimado, se le abona la diferencia". El precio total, dice Pablo, suele ser de "unos 900 euros", a lo que agrega que el importe varía dependiendo de cuándo sea el sacrificio. "Suele hacerse a los 17 meses, pero estos animales no son como un tornillo, no salen todos igual; dependen del clima, la estación, la variedad de la raza?", explica.

Después, el envío se lleva a cabo "por transportes refrigerados", y se van haciendo las entregas en varias tandas. Primero, los productos que curan antes, a los seis meses un segundo envío y por último, cuando esté en su punto, el jamón. El veterinario cuenta que en Galicia no hay empresas que hagan algo parecido. "A nivel nacional sí hay algunos inventos, pero más sencillos, porque comercializan solo paletas, embutidos y jamones, por lo que les da igual la época del año". Además, Pablo adelanta que Porco Landrán se está "embarcando" en un par de proyectos innovadores: uno en I+D, relacionado con el paté y las chanfainas y el otro, un plan sobre el cebo de maíz en planta que considera una "novedad de carácter mundial".

Uno de los clientes del porco-leasing, Luís Vieites, lugués de 62 años, se enteró "por la prensa" de la puesta en marcha de esta nueva manera de llegar al público. "Un día leí un artículo y decidí ponerme en contacto con ellos por internet. Vi la información, me documenté sobre el desarrollo de la actividad y me pareció muy interesante", comenta este prejubilado de banca. Pero Luís no quedó satisfecho solo con esto y un día viajó hasta la sede de Porco Celta Fonsagrada, en Bertamiráns, "para ver cómo era aquello".

Luís se deshace en elogios hacia la empresa y asegura que "es una maravilla". Además, en referencia a los cambios que se están llevando a cabo en su método de trabajo, el lugués opina que no pasará nada "siempre y cuando no bajen la calidad". Luís añade entre risas que "a todo el mundo" que le da a probar el producto "se apunta" y recalca la importancia de poder encargar y recibir los paquetes "cuando mejor te viene o más se necesita".

José Ramón Ferro, informático de 45 años, conoció el porco-leasing, al igual que Luís, "por publicidad y por los periódicos, y me pareció una buena manera de llegar al consumidor porque ofrece al cliente la posibilidad de recibir en su casa un producto natural, distinto, y sobre todo, autóctono".

Para él, lo que más llama la atención del porco-leasing es "ver al animal en la web y seguirlo", y aunque ahora no se vaya a alquilar un cerdo en concreto, "ver cómo los cuidan y se desarrollan". José Ramón recalca que ya ha recurrido a Porco Celta Fonsagrada en varias ocasiones porque "al probar su carne, la diferencias perfectamente de otras porque se nota que es de calidad superior". Y termina sus elogios añadiendo que, para un cliente, lo más importante es "recibir el producto cuando se quiere y que la calidad responda a las expectativas".