–Vuelve usted a El Aaiún tras el desmantelamiento del campamento de Gdaim Izik. ¿Qué espera que le pueda suceder?

–Yo, como todos los saharauis, siento siempre que estoy en libertad provisional y en cualquier momento me pueden detener. Estoy en lucha y para mí existen todas las posibilidades.

–¿Con qué objetivos viaja usted en este momento crítico al Sáhara Occidental?

–Primero, para regresar a mi país, a mi patria. Y, claro, para estar con mi población, que está bajo una brutal represión diaria. Como defensora de derechos humanos debo de estar ahí para recoger toda la información posible sobre el terreno.

–¿Qué le parece el bloqueo informativo que existe sobre lo sucedido en el campamento y la contienda en El Aaiún?

–El hecho de que Marruecos rechace la entrada de observadores internacionales y la prensa es que tiene algo que quiere ocultar. Pero lo más grave no es que Marruecos haya tapado la realidad, sino que el Gobierno de España colabore en este hecho. El Gobierno de España ha aceptado que sólo puedan entrar dos periodistas españoles. Para mí es una discriminación contra los periodistas españoles. Eso viola la libertad de prensa.

–¿Qué información tiene usted de lo sucedido, cuántos muertos y desaparecidos saharauis se contabilizan?

–El número de muertos no se ha podido contabilizar exactamente porque los activistas no han podido trabajar. Los saharauis tampoco lo han podido hacer en la actual situación de terror. Pero hay decenas y decenas de desaparecidos que no están en la cárcel Negra. ¿Entonces dónde están estos desaparecidos? ¿Están muertos?

–¿Qué opinión tiene usted de la respuesta de los organismos internacionales?

–Como activista de los derechos humanos estoy un poco frustrada porque después de esta masacre la ONU en vez de enviar a una comisión de investigación para ver la realidad y escuchar a las víctimas, la ha rechazado. Pero eso ha sido por Francia, y otras potencias que están detrás, pero sobre todo Francia. Para mí es Francia quien ocupa directamente el Sáhara y no Marruecos.

–¿Y qué espera de la Unión Europea, que ha adelantado a este jueves el debate sobre los acontecimientos en el Sáhara?

–Según mis informaciones los socialistas y los populares europeos han pedido retrasar ese debate. Pero también el Gobierno de España está presionando para que la Unión Europea no condene la masacre. Yo no puedo entender dónde están los principios que defienden.

–¿Apoya usted la posibilidad de una nueva guerra como ha señalado el Frente Polisario?

–Yo como activista de derechos humanos estoy en contra totalmente de la guerra. No espero que haya una guerra entre los marroquíes y saharauis porque al final son los pueblos los que van a sufrir y van a ser sus víctimas. El Frente Polisario es el representante del pueblo saharaui y puede decidir declarar o no declarar la guerra. Son ellos los que van a asumir la responsabilidad de ese tema junto con el Gobierno de Marruecos.

–El representante del Frente Polisario ante la ONU, Ahmed Bujari, ha acusado a algunos empresarios canarios de estar ´chupando la sangre del pueblo saharaui´. ¿Comparte esas declaraciones de Bujari?

–Yo también lo digo así porque para mí toda empresa que está explotando las riquezas naturales del Sáhara Occidental está robando directamente estos recursos. El pueblo saharaui sufre y no se beneficia de sus riquezas, que se venden aquí y en Europa. Por eso hay complicidad del Gobierno de España y de la Unión Europea con Marruecos.

–¿Ante la situación de sufrimiento por la que está pasando su pueblo estaría dispuesta a iniciar una tercera huelga de hambre como medida de presión dada su proyección como activista?

–No sólo la huelga de hambre, que es un instrumento de lucha. Siempre invitamos a resistir con formas no violentas y pacíficas.

–¿Cree que los sucesos en El Aaiún fueron un enfrentamiento entre civiles marroquíes y saharauis?

–Después del ataque violento que hizo el Ejército marroquí en el campamento contra los saharauis, en la ciudad se ha empujado a civiles marroquíes a atacar a los saharauis en sus casas. Esto es peligroso porque como activista saharaui digo que nosotros no tenemos ningún odio ni problema con el pueblo marroquí. Es un pueblo vecino y hermano al que respetamos. Lo que ha hecho el Gobierno es alimentar una guerra civil entre dos pueblos que deben entenderse.

–Marruecos ha denunciado la presencia de terroristas en el campamento.

–Eso son acusaciones que usa Marruecos para desviar la realidad y tapar la represión. El embajador norteamericano además ha desmentido estas informaciones interesadas.

–¿Qué sintió cuando vio las imágenes del asalto al campamento y la revuelta?

–He llorado mucho al ver las imágenes porque yo sabía que había muchos ancianos, mujeres, algunas embarazadas, y niños. Yo estaba ese día en Lisboa y me puse malísima. Pero sobre todo me dolió muchísimo la respuesta de la comunidad internacional, que me ha frustrado.

–¿Qué opinión tiene de la posición del Gobierno español?

–Es de una complicidad absoluta. Después de lo que ha pasado en Lanzarote contra mí, es una indignidad más de este Gobierno. Yo no sé si Marruecos es para España una superpotencia, pero no puedo imaginar esta tamaña debilidad de Gobierno español, sobre todo con lo que ha ocurrido en el Sáhara siendo potencia administradora. España se retiró del Sáhara antes de la descolonización y ha dejado a un pueblo inocente en malas manos.