Los accidentes laborales en la pesca gallega han vuelto a subir en 2010 tras varios años de descensos. El fiscal delegado de Siniestralidad Laboral de A Coruña, Luis Anguita, considera que la mayoría de ellos se puede evitar con buenas prácticas y asegura que se está haciendo todo lo posible en prevención para que así sea.

-¿El repunte del año pasado puede deberse a la crisis?

-Se está trabajando mucho en el sector pesquero y es cierto que en 2010 aumentaron los accidentes, algunos de ellos con consecuencias muy graves, pero queremos pensar que este aumento se debe a otros factores. Hay que seguir trabajando, informando a los pescadores para que sean conscientes de los riesgos, para que la siniestralidad vuelva a bajar.

-¿Hay muchas investigaciones en marcha en A Coruña por posibles delitos en incidentes marítimos?

-Todos los accidentes se investigan y miramos por qué se producen para ver si son fortuitos o hay alguna responsabilidad penal.

-Casi todos los años se habla de nuevos planes de prevención y seguridad pero parece que no dan resultado. ¿Por qué?

-El mundo de la pesca siempre ha sido un sector apartado donde todo lo que ocurría en el buque no transcendía fuera. Pero el sector, muy tradicional en todos los sentidos, ha evolucionado y está más concienciado de cumplir las medidas de seguridad. En las inspecciones a buques se observa que tienen los equipos de protección individual o colectivos que hace unos años no les interesaban. Y cuando se les dice que falta alguno, subsanan enseguida la deficiencia.

-Desde que la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos publica sus informes se ve que hay marineros embarcados que ni siquiera tienen formación para la labor que realizan. ¿Qué responsabilidades se pueden exigir al armador que los contrata?

-El trabajador debe tener unos conocimientos mínimos para operar en el buque. Si el armador contrata a personas no cualificadas y se produce algún accidente por esa falta de formación, tiene una responsabilidad administrativa y habría que estudiar también su responsabilidad penal.

-Hay casos de personal a bordo sin el alta en la Seguridad Social. ¿Es un asunto de Trabajo o puede entrar la Fiscalía?

-Si estamos ante una infracción laboral sin transcendencia penal, la Administración sanciona al igual que en otros sectores productivos. Si además el armador se aprovecha de un trabajador extranjero que carezca de documentación, podríamos hablar de un delito castigado por el Código Penal.

-En materia de estabilidad de buques, al margen de las reformas en la estructura, muchos armadores incumplen los criterios de estabilidad al llevar más carga de la que deben...

-Las modificaciones en los buques no deben comprometer su estabilidad y deben tener la correspondiente aprobación. Algunos accidentes se producen por el exceso de carga al querer llevar muchas más redes o aparejos de los autorizados. En estos casos hay responsabilidad de los mandos del pesquero que ponen en peligro a la tripulación al comprometer la estabilidad de la embarcación.

-Muchos marineros aseguran que acabar con los accidentes es casi imposible porque influyen factores difíciles de predecir: golpes de mar, objetos a la deriva... ¿Está de acuerdo?

-Hay muchas cosas que hacer pero normalmente cuando se investiga el vuelco de un barco llegamos a la conclusión de que un porcentaje muy alto, en torno al 90%, se habrían evitado cumpliendo las medidas de seguridad. Si los buques cumplen la normativa, no sufren cambios irregulares en la estructura y llevan bien la carga, los accidentes van a bajar en una proporción muy importante, que es lo que tratamos de conseguir.

-Hay casos graves de marineros que ni siquiera saben nadar, que se tiran al mar sin chaleco y no preparan las balsas salvavidas. ¿Falla la formación?

-Hay que formar mejor a los tripulantes sobre cómo abandonar los pesqueros y cuál es la salida adecuada. Deben tener la capacidad, en caso de siniestro, de llegar a los botes salvavidas, ponerse los chalecos y alejarse del buque rápidamente. Se está trabajando y obligando a realizar simulacros de forma periódica porque puede haber cambios de embarcación, con vías de escape distintas, con lo que un marinero puede quedar atrapado si el nuevo buque tiene un diseño distinto al anterior.