Con 36 años de alcaldesa a sus espaldas y pese a compatibilizar siempre el cargo público con su profesión, Pilar López se sorprende cuando se le pregunta si no está cansada del bastón de mando. Ahora que ya está jubilada, mantiene la incógnita de si el retiro político empieza a pasar por su cabeza, aunque deja claro que fuerzas para afrontar este nuevo mandato no le faltan.

–Llegó al cargo en 1975 y nunca ha perdido el bastón de mando. ¿Cuál es su secreto?

–Secreto no hay ninguno. En nuestro ayuntamiento hacemos lo que podemos, no solo yo, sino todo mi equipo de siempre. Trabajamos y procuramos atender a la gente lo mejor posible y hacemos lo que podemos dentro de las limitaciones que hay en cada sitio.

–¿Sigue con las mismas ganas que cuando empezó?

–Ganas sí que las tengo porque si no tuviera ganas, si no estuviera ilusionada, de verdad que no me presentaba. Eso por supuesto.

–¿Y cómo se afronta la gobernabilidad de un concello cuando se lleva 36 años al frente? Porque supongo que los objetivos y las prioridades habrán cambiado...

–En los primeros mandatos la situación era muy distinta. Eran momentos donde se empezaron a hacer las obras más importantes en todos los concellos. Ahora, dada la situación económica, yo ya me conformaría con mantener de una manera digna todos los servicios que tenemos, aunque desde luego siempre hay algo nuevo que hacer. Y a nivel económico, seguir siendo un ayuntamiento saneado y que paga en plazo.

–Cuando usted accedió a la Alcaldía por primera vez, ¿tuvo más difícil hacerse con el cargo por el hecho de ser mujer?

–Era la única alcaldesa de Galicia pero nunca tuve problemas. Todos los ediles eran hombres pero conmigo fueron caballeros.

–¿Y qué le parece la escasa presencia que tienen aún las mujeres en las alcaldías gallegas?

–Le doy la importancia que tiene pero lo miro desde el otro punto de vista porque a lo mejor tienen otras actividades que le impiden dedicarse a la Alcaldía. Pero lo digo siempre, tampoco tiene que tener exclusivamente una alcaldesa porque haya igualdad. La gente tiene que desempeñar un puesto cuando de verdad vale para desempeñarlo, sea político o de cualquier índole profesional. Las cuotas no me gustan nada.

–El PP es el partido gallego que menos apuesta por las mujeres como cabezas de cartel. ¿Le incomoda?

–Para mí es muy difícil opinar. Yo digo que depende de la situación, de cada concello, de cada persona... Soy mujer y las defiendo pero tampoco es imprescindible llevar una mujer de candidata. Influyen muchas cosas a la hora de hacer una candidatura.

–Y hablando de candidatos, ¿sabe ya si repetirá en 2015?

–De eso de momento es mejor no hablar. Hay que ver el día a día y seguir trabajando.

–¿Le gustaría, en todo caso, que la sucediera una mujer?

–Claro, me encantaría. Pero si es un hombre el elegido, encantada también.