Mayor control del absentismo laboral y de los gastos telefónicos de los funcionarios, sistemas más modernos para vigilar el cumplimiento de horarios y ahora... menos liberados sindicales. Ésta es una de las medidas que está negociando la Xunta con los sindicatos para reducir aún más el gasto en el sector público, pero no es el único cambio de calado que se pretende introducir en la forma de trabajar de la plantilla de la Administración autonómica. La Consellería de Presidencia quiere que los funcionarios puedan trabajar también por la tarde. Pero no sería obligatorio, sino voluntario. El personal podría elegir entre trabajar solo por la mañana o decantarse por la jornada partida.

Ésta sería una forma de flexibilizar el horario de aquellos funcionarios que así lo solicitasen por circunstancias personales o para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar. Aún está por estudiar cómo se articula esta medida, puesto que no en todos los departamentos de la Xunta es posible realizar trabajos durante la tarde. En todo caso, la Consellería de Presidencia implantará esta medida ya a partir de septiembre de forma experimental en algunas oficinas para comprobar su funcionamiento. Si la prueba sale bien, el próximo año se extendería la posibilidad de la jornada partida al resto de la Xunta.

Según fuentes del Gobierno gallego, no habría reticencias entre los sindicatos a esta medida. Más oposición, sin embargo, puede surgir con la intención de la Xunta de reducir liberados sindicales.

Fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la primera en anunciar ya el pasado año su intención de reducir el número de representantes de los trabajadores que quedan eximidos de sus tareas para realizar tareas sindicales. El Gobierno de Feijóo copiará la medida. Ya se está negociando con los sindicatos, aunque, tal y como apuntan desde la Xunta, las conversaciones están aún en un estado "muy inicial".

Hasta ahora la Xunta nunca ha informado de cual es la cifra total de liberados de la Administración autonómica. Pero para un total de 90.000 funcionarios han sido elegidos algo más de 300 delegados -estos representantes pueden quedar eximidos de su trabajo si acumulan horas suficientes o si sus compañeros les ceden sus horas-.

La reducción de liberados sindicales puede suponer un ahorro para las arcas públicas pero también un nuevo foco de conflicto entre la Xunta y las centrales sindicales que llegaron a convocar manifestaciones de protesta y escribir una carta al presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, para quejarse por lo que consideraban continuos ataques a su colectivo. La chispa que caldeó los ánimos sindicales fue la decisión de emprender un plan de inspecciones para controlar los presuntos fraudes en las bajas laborales de los funcionarios.

A esto se sumó un mayor control en el horario de la plantilla. Los tradicionales mecanismos para fichar que se venían utilizando y que ni siquiera estaban presentes en todas las oficinas de la Xunta -en los juzgados gallegos, por ejemplo, no existían- serán sustituidos por el sistema "cronos" que consiste en una tarjeta digital que se insertará en el ordenador y que permitirá una mayor fiabilidad para saber si el trabajador esta en su puesto. Este dispositivo funciona ya, a modo experimental, en algunas unidades de la Xunta y la intención de Presidencia es extenderlo a la totalidad de la Administración gallega en 2012.