El buen tiempo que produce regocijo entre los hosteleros sigue convirtiendo a Ourense en un infierno. Tanto es así que las brigadas de extinción no dan abasto y a última hora de ayer informaban de que seguían activos casi medio centenar de focos en trece municipios de la provincia -aparte de dos en Lugo-, aunque la Xunta los englobaba en solo catorce.

De hecho, la Unidad Militar de Emergencias (UME) duplicó ayer la presencia de sus efectivos en la zona, pasando de los 367 que ya había desplegado durante el fin de semana a los 700 que se contabilizaban ayer, equipados con más de un centenar de vehículos. Incluso así, entre el viernes y la jornada de ayer, las llamas de unos 400 focos se llevaron por delante, informa la Xunta, más de 5.500 hectáreas -el doble, según la CIG-, una cifra que, solo de incrementarse en 1.000 más, representaría ya la mitad de todo lo que ardió en Galicia hasta el mes de septiembre. Y eso que la Xunta solo aporta información de los fuegos de más de 20 hectáreas.

Buena parte de esas hectáreas se calcinaron, y se siguen calcinando, en Lobios y Manzaneda, que ya superaron con creces las 500 hectáreas que motivaron su declaración como Gran Incendio Forestal. Y es que la situación empeoró ayer y ya van más de 1.000 solo en Lobios -un fuego procedente de Portugal-, a las que hay que sumar las 1.460 de Manzaneda, por la extensión del incendio al vecino concello de Vilariño de Conso, además del de Chandrexa de Queixa. Medio Rural afirma no tener constancia de que este fuego afecte al Parque Natural de O Invernadeiro y sigue intentando levantar un cortafuegos.

No obstante, los otros focos que ayer se mantenían activos en Ourense aportan otro tanto de hectáreas calcinadas, hasta 2.600. La situación fue tan compleja que los brigadistas afirmaron que entre los municipios de Chandrexa y Maceda -que, con 800 hectáreas, ya ha pasado a considerarse Gran incendio- se extiende una "cordillera de fuego" de 20 kilómetros.

Además de otros dos incendios activos en Lugo -con 45 hectáreas arrasadas-, durante la jornada resultó herido, aunque no de gravedad, el operario de una motobomba en el municipio de Bande debido a que su máquina volcó tras un corrimiento de tierras.

Las buenas noticias llegaron desde O Bolo, donde la Xunta dio por controlado un foco tras consumir 100 hectáreas, y desde Vilalba (Lugo), que al final quemó 200. Sin embargo, solo en Carballedo (Lugo), Medio Rural habló de fuego "extinguido". Y eso tras afectar a un centenar de hectáreas.

Ante la grave situación que asola a los montes gallegos, especialmente a los ourensanos, la Xunta solicitó ayer la convocatoria del llamado Comité Integrado de Prevención de Incendios Forestales de Galicia, en el que participa el Estado. Mañana se reunirán en Santiago con el objetivo de que el Gobierno aporte más medios a las tareas de extinción.