Tras un inicio de la temporada de caza menor "atípico" por las altas temperaturas, los cazadores de A Coruña tendrán ocasión de salir de nuevo este fin de semana al monte para añadir más piezas a su botín. Las previsiones meteorológicas cambiarán de cara al sábado y el domingo, ya que desde MeteoGalicia anuncian "inestabilidad" ambos días por la presencia de una borrasca atlántica en la comunidad gallega. De esta forma, los cazadores esperan que no se repitan episodios como los de las jornadas que dieron el pistoletazo de salida a la campaña en los que el calor impidió trabajar a los perros y seguir el rastro de las presas.

El presidente provincial de la Federación Galega de Caza en A Coruña, Manuel Saa, se muestra optimista de cara a los próximos meses y calcula que este año se mantendrá en la misma línea que los anteriores, aunque se estima un repunte de un 10% en el cómputo total de los 150 cotos de la provincia coruñesa.

El balance de la Federación Galega de Caza sobre el arranque de la temporada revela expectativas similares al último año. Las encuestas destacan, sin embargo, un ligero aumento de las partidas de liebres y zorros; y una cierta estabilidad en perdices y faisanes, pero las poblaciones de conejos varían en cada provincia en función de la mayor o menor incidencia de enfermedades. A pesar de que sube en A Coruña, se mantiene en Pontevedra y Lugo y baja en Ourense. Patos, cercetas, galliñetas, tordos, estorninos, palomas, pichones y cuervos crecen en el conjunto de la autonomía y las gaviotas apenas registran variaciones.

Carballo, Coristanco o Muros son las zonas más propicias para el desarrollo de la caza menor, frente a Pontedeume y en general el norte coruñés que está más enfocado a la caza mayor de ciervos y jabalíes, cuyo periodo terminó el pasado sábado. "En las últimas dos décadas los cambios de hábitat de las especies están provocando su desaparición", asegura Saa, quien atribuye este descenso a la despoblación de la zona norte y a la sustitución de los terrenos cultivados por plantaciones forestales de eucaliptos que impiden la cría de conejos o liebres.

La situación varía dependiendo de las condiciones de cada Terreno Cinegéticamente Ordenado (Tecor). Mientras en Melide celebran el aumento de los bandos de perdices hasta llegar a triplicar las cifras habituales, en Ribeiras do Tambre se quejan de la pérdida de conejos, pese al repunte en gran parte de la comunidad gallega. Desde la Sociedade de Cazadores de Melide consideran que el cultivo de perdices procedentes de León en lugar de Burgos como años anteriores es lo que ha provocado este auge. El representante de la organización, Manuel García, no recuerda "tantas desde hace 20 años", aunque en su primera jornada él y sus cuatro compañeros solo se hicieron con dos ejemplares de estas aves y 10 conejos. Sin embargo, opina que es un balance bueno teniendo en cuenta el calor y la sequedad del monte la semana pasada.

Las buenas previsiones de los cazadores gallegos en cuanto a las previsiones de conejo no se cumplen en todas las zonas y en Ribeiras do Tambre calculan una campaña "complicada" de la que "no hay mucho que esperar". El responsable del Tecor de esta zona, Óscar Meijide, denuncia la muerte de muchos ejemplares este año por culpa de la enfermedad vírica hemorrágica que afecta a esta especie. Además, considera que invertir en vacunas es "inútil" porque no garantizan la solución al problema y "solo se pierde dinero". "No hay nada que nos indique la razón de que en algunos puntos no sobrevivan a este virus y en otros haya auténticas plagas", añade Meijide.

Aparte de conejos, liebres o perdices, la Xunta incluye al visón americano como novedad de esta campaña para atajar la superpoblación existente del animal. Los ecologistas se oponen a la incorporación de este mamífero carnívoro en el catálogo de especies cinegéticas o cazables en la autonomía. En este sentido, la asociación Verdegaia critica que el "desinterés" del Ejecutivo gallego le lleva a delegar asuntos de este tipo en los cazadores e incluso a "incumplir la legislación vigente". "La Xunta desconoce los hábitos del visón, que suele ocupar los cursos bajos y medios de los ríos donde la Ley de Caza de Galicia prohíbe esta práctica", aseguran.

Los 17.000 aficionados a la caza menor que disponen de la licencia exigida tendrán hasta el Día de Reyes para poner a prueba su puntería y hacer una buena campaña. Las fechas varían en el caso de la liebre, pues el plazo terminará el 15 de diciembre y el de la arcea, que se prolongará hasta el 6 de febrero. Por el contrario, el lobo, la cabra montesa, la gaviota oscura, la paloma brava y la paloma zura se librarán de los tiros de los cazadores en los montes gallegos.