Un agente forestal dispone de rango de policía administrativa, y en él recae la coordinación de todo el operativo de medios que atacan un fuego, por tierra y por el aire. Los forestales, según efectivos que conversaron con LA OPINIÓN tras una semana de crisis incendiaria que superó toda previsión, se reivindican con críticas frente a la gestión de la Xunta. Los agentes de Medio Rural resaltan su formación específica, su conocimiento del medio y la especialización de un colectivo que ha perdido estructura "por el desmantelamiento", denuncian, de las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales, especializadas en determinar el origen y la causa de un foco para facilitar la localización de los autores.

Hay distritos forestales con un solo investigador "y algunos, con ninguno", aseguran. Ante la proliferación de focos en octubre, la Xunta centró su mensaje en la impunidad de los incendiarios y la necesidad de más vigilancia y más detenciones. Las fuerzas de seguridad arrestaron en lo que va de año a unas 150 personas, la mayoría por incendios negligentes, pero el conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, elevó el tono y pidió más resultados. La actitud de Juárez se topa con la incomprensión de estos dos agentes forestales para los que "la Xunta tiene a la policía en casa, realmente preparada y que podría ayudarle a detener más que a autores de incendios por negligencia. Pero la desprecia", concluyen.

Xunta y Gobierno prometieron a redoblar esfuerzos y dar caza a los incendiarios. Pero los agentes creen "negligente" la actuación de Medio Rural: "Juárez pide más vigilancia cuando la tiene en casa. ¿Por qué no potencian lo que hay si somos el colectivo más competente?".

En cuanto al balance de incendios del día, anoche tan solo quedaba un fuego activo en Chandrexa de Queixa que había afectado, por el momento, a unas 20 hectáreas. La preocupación, sin embargo, se centraba ayer más en la lluvia prevista para hoy que aunque ayudará a atajar los incendios que asolan Ourense, amenaza también con arrastrar las cenizas a ríos y embalses como ya ocurrió tras la ola de incendios de agosto de 2006. La buena noticia del día fue que los medios de extinción dieron por fin por extinguido el gran incendio de Manzaneda, que según el balance provisional arrasó 1.800 hectáreas.

Cientos de personas convocadas por la Plataforma Cidadá en Defensa do Monte Galego se manifestaron ayer en Ourense en contra de los incendios forestales y en solidaridad con las zonas afectadas y los trabajadores de los servicios de extinción. Ante una situación "anacrónica", en la que denuncian "dejadez por parte de los gobernantes, de falta de reacción, de ocultación manifiesta de la realidad mediante mentiras y engaños por parte del actual Gobierno, por dignidad y como reacción ante la destrucción de una buena parte del patrimonio natural", los manifestantes recorrieron Ourense bajo el lema lumes nunca máis en un acto que culminó con la lectura de un manifiesto. En él advirtieron de que las "pérdidas económicas, ecológicas y sociales" que los fuegos producen en los montes es lo que provoca su "indignación", que a su juicio, debe derivar en la "reacción".