"Economía de guerra". Esa es la contabilidad que tienen que aplicar a diario los alcaldes debido al agujero en las arcas municipales provocado por la crisis y la caída en la participación del Estado. "No queda otra que administrar día a día; entra tanto, pago tanto", argumenta el presidente de la Fegamp, Carlos Fernández.

La situación de ahogo financiero en los concellos ha llegado a tal punto que además de acumular facturas de proveedores en el cajón desde hace meses y en algún caso, más de dos años -algunas ya han llevado a alcaldes gallegos ante los tribunales- también les obliga a renunciar a subvenciones porque no pueden costear su parte. En la actualidad, según advierte Fernández, un tercio de los municipios gallegos evita pedir ayudas autonómicas porque no pueden asumir su parte de cofinanciación.

Para poder optar a estas subvenciones, que al mismo tiempo la Fegamp alerta de que en los últimos cinco meses la Xunta ha recortado en más de cinco millones de euros, los concellos también reclaman un cambio en el modelo de financiación local para reducir las partidas finalistas -es decir, aquellas condicionadas a la realización de una obra o proyecto concreto- y así aumentar las discrecionales -aquellas que permitirían a las administraciones locales gastar sus fondos en función de sus prioridades-. Sin embargo esta petición que volvió a poner sobre la mesa la semana pasada el presidente de la Fegamp durante una reunión con los conselleiros de Presidencia, Alfonso Rueda, y Facenda, Marta Fernández Currás, fue desatendida por la Xunta, que sin embargo aprobó la ampliación del Fondo de Cooperación Local para el próximo año en 2,3 millones (115,3 en total).