La siniestralidad en la red viaria gallega sigue bajando a falta de un mes para cerrar el año, por el balance de 2011 podría quedar por debajo de las 150 víctimas mortales. Un objetivo que se había marcado Tráfico y cada vez está más cerca de cumplirse, ya que entre enero y noviembre fallecieron en las carreteras gallegas un total de 131 personas, según los datos del Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste. Las estadísticas revelan una tendencia a la baja: 27 muertos menos que los 158 registrados en todo 2010, lo que supone un descenso del 17%.

En noviembre se contabilizaron una docena de fallecidos en doce accidentes, lo que se traduce en un 25% menos que en el mismo mes del ejercicio anterior. La peor parte se la lleva la provincia de Pontevedra, donde se ha duplicado el número de muertos al pasar de dos a cuatro. En A Coruña también se produjeron cuatro víctimas, pero en términos relativos representa una bajada del 33%.

Lugo se mantiene en los tres muertos de noviembre de 2010 mientras que Ourense es la provincia que experimentó un mejor balance con una caída de la siniestralidad de un 80% y tan solo un fallecido al volante frente a los cinco del pasado noviembre. En cuanto a las edades de los fallecidos el mes pasado, el 33% son mayores de 65 años, los más vulnerables a los accidentes de tráfico. Salvo en octubre, que rompió esta tendencia y los jubilados se convirtieron en el grupo con menos víctimas. Sin embargo, cuatro de los fallecidos en noviembre eran mayores de 65 años, aunque les siguen de cerca los menores de 25, que representan el 25% de los fallecidos el mes pasado.

Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) promueven cada año varias campañas de concienciación destinadas a cada franja de edad. En noviembre los mayores del rural han sido los protagonistas de una iniciativa informativa para aumentar el uso de chalecos y brazaletes reflectantes cuando circulan por carretera al anochecer. En ese periodo se pusieron las primeras multas a viandantes que se saltan la norma -un total de 15 sancionados-: 80 euros por no llevar ningún dispositivo reflectante. Aún así, los datos empeoraron de octubre a noviembre entre este colectivo.