Feijóo quiso despejar dudas sobre la promesa del PP de aplazar de cinco a diez años la deuda autonómica de 23.000 millones de euros contraída con el Gobierno central por los anticipos recibidos en 2008 y en 2009, y que en el caso de Galicia asciende a 2.175 millones. "El compromiso del partido sigue vigente", aseguró el presidente de la Xunta.

Un día antes, sin embargo, la postura de Xunta y PP no fue tan clara y ambos supeditaron el aplazamiento a conocer el estado real de las cuentas, pese haber sido una exigencia urgente al Gobierno de Zapatero y una promesa de Rajoy.

El PP informó en un primer momento de que se tomaría esa decisión, pero horas después Javier Arenas, vicesecretario de Política autonómica, moduló las declaraciones. En el medio, Feijóo condicionó la decisión al estado de las cuentas, sobre las que mostró sus dudas y en las que asegura que se encontrarán "agujeros y facturas sin contabilizar".

Ayer, sin embargo, Feijóo sostuvo que se mantiene el compromiso. "El aplazamiento es la propuesta razonable y espero y deseo que el futuro Gobierno entienda que hay que implementarla", declaró. Además, pidió esperar a que Rajoy "gobierne" para tomar esta decisión y aprovechó para culpar a los "presupuestos irreales" del Ejecutivo de Zapatero de esta situación, al tiempo que aplaudió que el primero tenga "sensibilidad" hacia este tema.