El patrullero de la Armada Cazadora regresó ayer a Las Palmas de Gran Canaria tras 63 días en su primera misión de adiestramiento y seguridad marítima en el golfo de Guinea, donde los actos de piratería "son continuos", según el comandante, Ignacio López de Ayala.

Durante estos dos meses, sin embargo, el patrullero "gracias a Dios" no ha tenido que intervenir para abortar ningún ataque de piratería ni otros actos ilícitos marítimos en la zona.

El comandante y capitán de corbeta manifestó que la presencia de un buque de guerra en la zona "es tremendamente disuasoria" para evitar ese tipo de actos. La misión, la segunda que este año de la Armada en el golfo de Guinea, se enmarca dentro del Plan África del Gobierno español.

La acción del patrullero "ha servido para mucho y lo ideal sería darle continuidad", indicó López de Ayala, pues ha permitido concienciar a estos países sobre la importancia de la seguridad marítima y que ellos se hagan cargo de sus aguas.

El 25% del petróleo de EEUU procede de Nigeria y el impacto de la piratería, que aumentó de forma relevante en la zona en los dos últimos años, podría ser "tremendo" en el precio del crudo si los piratas logran una infraestructura mayor, como ya disponen en el Índico, señaló López de Ayala, que recordó el secuestro en septiembre del petrolero Matheus I, con 5 españoles a bordo, 3 de ellos gallegos.

El Cazadora llevó a cabo ejercicios de adiestramiento en Mauritania, Senegal, Benín, Camerún, Gabón, Ghana, Guinea, Nigeria y Cabo Verde