"Misión imposible". Así definen los familiares de gallegos enterrados en el Valle de los Caídos la exhumación de los más de 33.000 cuerpos trasladados desde cementerios y fosas tras la Guerra Civil. Tanto por el estado en el que se encuentran los columbarios -depósitos de madera para almacenar los féretros de varios individuos- así como la dispersión y mezcla de los restos. "No están bien localizados, no hay datos suficientes para extraer los restos. Es imposible", concluye Antonio Casares, hermano de un gallego asesinado en 1936 estando preso en la Fortaleza de la Mola, en Menorca.

El nombre de Santiago Casares y Pérez de Évora aparece en la lista de 16 familias de la provincia de A Coruña que "autorizaron" al régimen de Franco trasladar los restos de sus caídos en la contienda al Valle de los Caídos. Completan la lista Luciano Suárez Peña, de Carral; José Guerra López, de Santiago; Manuel Leira Piñeiro, de Pontedeume; José Escribano de Igarza, de A Coruña; Alfredo Blanco Villar, también de A Coruña; Alejandro López García, de Ferrol; Ramón Ares Lois, de Melide, José Vázquez Crego, de A Coruña; Ramón Fontenla Gamallo, también de A Coruña; Ricardo Tobío Sánchez, de Muros; Nemesio Rodríguez Lapique, de Ferrol; Félix Rodríguez Gómez, de A Coruña; Segundo Andrés Blanco, de Noia; Francisco Pereiro Betanzos, de Santiago y Rafael Barbeito Morales, de Ferrol.

En los documentos de la época, facilitados a este diario por la ARMH -cuatro de ellos reproducidos en esta página-, aparecen recogidos los trámites del Ministerio de la Gobernación para promover el traslado de los restos de los caídos al Valle desde su inauguración en 1959 y también la negativa de familias a proceder a la sepultura en el mausoleo. Otros documentos también recogen el importe del traslado de familiares de "los héroes y mártires de la cruzada" al acto de inauguración del Valle de los Caídos así como la orden de pago a las empresas de transportes. El 1 de abril de 1959 se inauguró su gran proyecto ideado hacía ya casi 20 años para inmortalizar su victoria y honrar a los muertos de su bando.