Su madre, María Iribarne Dubois, le hablaba en francés y, cuando se enfadaba, le reñía en vasco. Educado entre libros, con mucha disciplina y un profundo sentimiento católico, Fraga Iribarne, Don Manuel y aún hoy Manolo en su Villalba natal, fue un joven brillante en sus estudios, comprometido con la beneficiencia, incansable lector y tenaz en todas sus facetas: desde profesor a diplomático, de embajador a intelectual, de político a escritor. Culto, madrugador y extremadamente puntual. Conservador y exigente. Pero también gruñón, hosco y poco receptivo ante opiniones contrarias o preguntas incómodas. Al León de Villalba, "hombre de convicciones", no le temblaba la voz cuando había que rugir.

El mayor de 12 hermanos, que pasó de niño dos años en Cuba con sus padres emigrantes en la dorada época de la "danza de los millones", se crió en familia en su casa natal de Vilalba (Lugo), junto a su abuela Dolores y su tía Amadora. Estudiante excelente, Fraga se doctoró en Derecho, Política y Economía y ejerció la docencia universitaria en los años cuarenta, al mismo tiempo que proyectaba su futuro político.

El que luego sería el padre fundador del Partido Popular, con un papel crucial para la historia de España durante el Franquismo, la Transición y la propia Democracia, con 23 años, recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, accede a la función pública vía oposiciones, con el número uno de su promoción. Al mismo tiempo, y también como cabeza de lista, gana el cargo de letrado en las Cortes Españolas: su primer contacto con la clase política del franquismo. Un año después, sin perder el liderazgo en puntuación y currículum, ingresa en la Escuela Diplomática.

El despegue de su vida política coincide con su matrimonio con María del Carmen Estévez, una compañera de la Facultad de Derecho que en 1948 se convertiría en su esposa.

Vinculado a la universidad como profesor de Teoría de la Sociedad y del Estado, el vilalbés aficionado a la caza y también a la pesca, ejerció varios cargos hasta que el Generalísimo lo eligió para su equipo. Tras dirigir el Instituto de Cultura Hispánica, ser secretario general de educación y de Asuntos Exteriores de las Cortes, Franco lo nombra ministro de Información y Turismo en el 62. Es el arranque definitivo, el desembarco en un mundo político, ya con 40 años, hasta el fin de sus días. Además de escritor, profesor, intelectual, abogado y economista, el niño de Villalba con raíces también en Manatí (Cuba) que soñaba con llegar a marino e incluso se planteó en serio en su juventud ser cura, se convertiría en político.

Cuando Fraga supo que Franco iba a hacerle ministro, encargó al sastre "tres trajes ministeriales, grises y sobrios", que luego siguió usando en Londres en su etapa de embajador. Lo cuenta él mismo, como anécdota, en su obra 'Memoria breve de una vida pública'.

Turismo fue, según sus palabras, una cartera relativamente fácil, coincidiendo con el despertar de España como destino vacacional. Bajo el famoso eslogan Spain is different!, el ministro gallego impulsó la balanza comercial en este sector: entre 1960 y 1970 el turismo español ingresó 17.000 millones de dólares. Empezaron a entrar divisas aunque también salían muchos emigrantes; España se abría al mundo y los más conservadores recelaban de la poca simpatía que mostraban los extranjeros hacia el régimen franquista. En dicha época inauguró más de 40 paradores en todo el país.

Más controvertida sería la cartera de Información con una nueva Ley de Prensa de 1966, la llamada Ley Fraga, más permisiva que la anterior al eliminar la censura previa. No obstante, coincidió con la dimisión de Delibes como director del diario El Norte de Castilla, ante el intento de control, el secuestro del ABC y la voladura del Diario Madrid. De esta época es, precisamente, la famosa imagen del baño en Palomares, cuando se quitó el traje para acallar los rumores de contaminación tras caer una bomba nuclear norteamericana. En 1973, tras el polémico caso Matesa, Fraga es nombrado embajador de España en el Reino Unido, donde residirá hasta la muerte de Franco.