El histórico líder de la Unión do Povo Galego (UPG) Bautista Álvarez agitó más las ya revueltas aguas del nacionalismo gallego con una diatriba contra los escindidos del BNG en la que no escatimó artillería hasta el punto de compararlos con las hojas muertas que caen del árbol del Bloque. Ese "follaje desprendido" solo era utilizado por los campesinos "para hacer estiércol".

Este tono preside la mayor parte de un artículo que el expresidente de la UPG, la corriente hegemónica dentro del Bloque cuyos partidarios, junto a otros independientes, salió vencedora de la pasada Asamblea Nacional. Álvarez acusa de "desertores" a los militantes que han abandonado la formación frentista bien rumbo a otra formación, como los irmandiños o Máis Galiza, bien para alejarse de la política. "Echaban de menos la cuadra donde dejaron el comedero ideológico", arremete el histórico dirigente.

El que fue uno de los fundadores de la UPG critica el arribismo de los que han dejado el BNG ante la "imposibilidad de domesticar el nacionalismo desde dentro". Y es que Álvarez, en un artículo titulado O ano empeza en primavera publicado en la revista Terra e Tempo, diferencia entre los fieles a la línea ideológica marxista-leninista originaria de la UPG y, según razona, del Bloque y el resto. De hecho, lamenta haber permitido la afiliación de militantes que no comulgan con sus ideas. "Quizás fue un error no poner el reservado el derecho de admisión para distinguir viajeros de polizones", arremete.

Álvarez, que en 2008 renunció a la presidencia de la UPG, vincula a "ambiciones personales" el intento de los dirigentes que perdieron la asamblea -53% frente a 47%- de tratar de variar el rumbo ideológico del BNG y de abrirlo a la sociedad. Esa idea del aggiornamento es una de las que más inquina genera en el texto. Sus argumentos van en contra de la idea transmitida por parte de los escindidos, especialmente de Xosé Manuel Beiras, quien recuerda siempre que puede que el ascenso del BNG en los años 90 hasta lograr 17 diputados se produjo mientras se "abrió" la formación a la sociedad.

El "declive"

El cofundador de la UPG dispara a este "tópico" y sostiene que "los mejores resultados" del Bloque se produjeron "cuando aún no abriera las puertas" y mantenía el perfil ideológico claro y recordando que "España había robado la llave de la despensa". Es más, acusa a la relajación de los postulados maximalistas de la UPG de la pérdida de votos. "El declive vino cuando el BNG, pilotado por saboteadores y polizones, comenzó a escorar a estribor", arremete. En ese momento el líder era Anxo Quintana, el Bloque se situó en 12 escaños, pero logró la vicepresidencia de la Xunta por primera vez en su historia.

Por ello apela a la necesidad de no mirar atrás y celebrar el adiós de "mensajeros de sistema", "depredadores de votos que usan como cebo de su egolatría" el Bloque, argumenta, y que están "desorientados" tras salir "mutilados" de la pasada Asamblea Nacional. Ahora, "para la compota que están cocinando tanto les vale la seudoizquierda españolista como el independentismo radical o incluso grupos proclives a la resistencia armada".

En definitiva, Álvarez agranda la sima del nacionalismo a, como mucho, un año de las elecciones y mientras gran parte de los escindidos tratan de organizarse para concurrir a las urnas. "La diferencia está entre los que quieren hacer el viaje en limusina y los que preferimos hacerlo a pie", zanja.