"El hecho mismo del atraso es evidente: basta con mirar y ver. Desde un simple paseo por el país, hasta datos de ingresos por habitante, población activa o niveles de consumo. Es un fenómeno contradictorio porque, por otro lado, se están produciendo en Galicia mutaciones que son propias de ciertos procesos de crecimiento, pero que en realidad encubren o disfrazan el hecho radical del atraso".

En 1972, Xosé Manuel Beiras, por aquel entonces catedrático en la Facultad de Ciencias Económicas con varios premios como economista en su trayectoria pese a sus 36 años, publicaba O atraso económico de Galicia, la primera obra que dibujó con precisión la realidad económica de la comunidad, clave también para el pensamiento nacionalista, y que se convirtió durante años en texto de referencia en facultades y foros tanto políticos, como culturales y empresariales.

Cuatro décadas después, muchas de las teorías que Beiras describió, producto de la reflexión del momento para explicar los impedimentos para un crecimiento real, podrían aplicarse cuasi de modo intacto a la realidad gallega actual, como el envejecimiento de la población o la falta de un entramado industrial potente. Otras de las trabas descritas, sin embargo, han evolucionado y el panorama actual es bien distinto: como la economía campesina y el minifundismo inicial, la reforma agraria, la ordenación pesquera o la reforma administrativa. ¿Qué claves novedosas aportó la obra para marcar un antes y un después?

. Estructura. "Las transformaciones no son correlativas de un desarrollo adecuado del aparato productivo gallego, no están en función de un impulso definitivo y poderoso de crecimiento de nuestra economía; son meros reflejos del actual proceso de crecimiento económico español, en el que al país gallego le toca, por ahora, quedar arropado y transferir su excedente hacia otras latitudes españolas o europeas", expresaba el autor en los setenta. Un informe elaborado por los economistas Albino Prada y Santiago Lago con motivo de los veinte años de Galicia en la UE destaca, cuatro décadas después, que en términos de PIB ha crecido más la economía española que la gallega y que Galicia converge menos que España y a una velocidad inferior. Si bien con respecto a otras comunidades, Galicia escaló posiciones.

. Colonización y éxodo. Por primera vez Beiras habla de conceptos como "colonización financiera, insolidaridad institucional, éxodos, raquitismo burgués y absentismo aristócrata o dualismo y dependencia" como causas estructurales del atraso. Explica que percibe un divorcio entre crecimiento y desarrollo provocado por el sistema capitalista: "Los enclaves de la economía capitalista instalados en los países subdesarrollados operan como punto de amarre de los tentáculos de las economías dominantes y bases de operaciones para la perpetuación de la dependencia".

. Envejecimiento. Beiras desvela dos problemas básicos para crecer: el demográfico (elevada densidad, acusado ruralismo, dispersión geográfica, emigración endémica y envejecimiento) y el financiero, con un ahorro personal incapaz de crear capital. Se refiere también a la economía campesina, el autoconsumo, el minifundismo, la escasa acumulación o el bloqueo institucional. En la actualidad, el envejecimiento poblacional de la comunidad gallega continúa siendo una constante. Prada y Lago destacan en su informe que el envejecimiento es un factor determinante en el mercado laboral, aumentando el gasto en políticas de dependencia.

. Contradicciones. "No se necesita mucha ciencia para saber que los intermediarios financieros, es decir, la banca, siguen llevándose a otras latitudes, seguramente más merecedoras del bien común, los recursos que los gallegos ahorran aquí y allá donde trabajan", describía el autor en una reedición de la obra. "Es insensato afirmar, no obstante, que Galicia sea colonia; nuestra ubicación geográfica e inserción cultural bastan para inferir que también somos europeos en el contexto socioeconómico y en la configuración política".

. Solución liberal. Para arreglar algunos de los problemas enquistados en aquel momento, el economista e impulsor del nacionalismo en Galicia propuso en el libro una solución liberal: desde la reforma agraria, hasta el fomento industrial y más vías de comunicación (infraestructuras y transporte).

"El pasado nos ayuda a entender la presente situación económica. Se trata de una obra clásica, reeditada hace 20 años, porque no pasaba de moda. Sin este libro no se podría entender la evolución del pensamiento económico gallego". El economista Juan José Santamaría Conde asegura que esta obra le marcó mucho. "Quizás por innovadora. Desde el punto de vista epistemológico, y del ideológico-político, desencadenó una corriente de pensamiento, la de la dependencia, que hemos asumido muchos de sus colegas y exalumnos: Camilo Nogueira, Facal, López-Suevos, Pérez Touriño, Sequeiros Tizón... que han ido mejorando los aspectos menos acabados de la obra del profesor Beiras", argumenta Santamaría. Apunta, además, que desde entonces "se generalizó el uso del gallego en los estudios, ensayos y tesis doctorales de Economía". "Por ejemplo, La marginación de Galicia de Valentín Paz Andrade (1970) es de las últimas obras sobre economía de Galicia que se publicaron en castellano", indica. ¿Qué denunciaba la obra? "La situación de subdesarrollo de la economía gallega y su dependencia con respecto a los centros externos de poder económico. Más de la mitad de nuestra energía hidroeléctrica, de los ahorros de nuestros emigrantes, el ganado a medio criar, la madera solo semielaborada... eran drenados en favor del desarrollo de otras comunidades a las que, además, emigraban, dentro de España, muchos de nuestros parados: Madrid, Barcelona o Bilbao", expresa el presidente del colegio pontevedrés. ¿Qué postulaba el libro para el futuro? "Centralizar y articular la economía gallega produciendo aquí más productos terminados en lugar de exportar materias primas y semielaborados y, a la vez, cerrar los ciclos productivos de las industrias de enclave como la naval y la automoción mediante la utilización de los recursos propios de capital, trabajo, materias primas y recursos tecnológicos", según el economista.