-¿Qué ha llevado a Alicia Gómez Montano a participar en el foro de un festival reggae?

-Participo porque me lo han propuesto ellos y yo estoy muy feliz. Aparqué estos días porque me apetece mucho; es un foro que tiene algo de alternativo, de laboratorio de ideas, y tengo la intención de impregnarme. No voy a tomar el sol ni un minuto, porque quiero escuchar las voces tan interesantes que vienen; personas a quienes en muchos casos he leído y seguido. Moderaré una mesa redonda sobre el papel de las mujeres en la primavera árabe, desde mi mirada como periodista occidental. Tengo la impresión de que a veces los occidentales queremos imponer nuestro modelo en otros lugares; y a veces he tenido que reconocer con humildad que nuestro modelo no tiene por qué ser mejor que otro.

-¿También intervendrá para hablar del caso de Palestina?

-Sí, voy a hablar sobre uno de los casos que más me han conmovido como periodista: los refugiados de Palestina, una bolsa de refugiados que es la más grande del mundo y que se mantiene desde hace 60 años.

-Desde una atalaya como el cargo de directora de Informe Semanal, ¿cree que estamos en un gran momento de cambio social? ¿Es la crisis igual que otras pasadas, o esta es diferente?

-Lo cierto es que pienso mucho sobre esto y no tengo la respuesta. Creo que tiene algo común a otras crisis de ciclo económico nefasto y pasará, aunque no sé con cuántos cadáveres en el camino. La crisis debe ser una oportunidad que nos ayude a pensar y vivir de una forma más justa; un sistema donde los extremos y las diferencias entre los que tienen mucho y poco no sean tan grandes.

-¿No cree que está pasando todo lo contrario?

-Sí, y es el ciudadano el que tiene algo que hacer con la reivindicación social, con la palabra, con propuestas o eligiendo a buenos representantes políticos. Y el ciudadano debe exigir a los políticos que se planten ante lo que eufemísticamente llaman 'los mercados'.

-¿Era ese movimiento ciudadano el 15-M y ahora se está difuminando?

-El 15-M no se está difuminando, pero pienso que no hay que satanizar al sistema de partidos políticos. Tenemos la maravillosa oportunidad de decidir con una papeleta cada cuatro años. Es posible que ya no veamos ese mismo 15-M con acampadas en la Puerta del Sol, pero su mensaje ha calado y ha hecho que los partidos reflexionen; si es que no quieren desconectarse de los ciudadanos. Creo en Montesquieu y la democracia, y no podemos destruir nada sin tener una alternativa. Tampoco creo que sea el camino cuando se ha visto insultar a los representantes políticos. Hay que saber modular el mensaje para que el enfado y la frustración no caiga en populismos totalitaristas; porque eso sí que me da miedo.

-¿De verdad cree que el mensaje del 15-M se refleja en esta política de recortes?

-Todos los partidos han tomado nota e intentan hacer ver que hay cierta sintonía, que les gusta la música aunque no le puedan poner la letra, en un contexto que a veces te obliga a recortar sobre los recortes.

-¿Es su reciente cese como directora de Informe Semanal el síntoma de un retorno a los recortes de la libertad de expresión de TVE?

-Como periodista de TVE me corresponde juzgar las cosas a posteriori y mi obligación es confiar en que se va a seguir haciendo una información neutral y de mayorías, no de partidos.

-¿Va a seguir trabajando en Informe Semanal?

-No me importaría. Lo que quiero es seguir haciendo reportajes. Es una escuela de vida que te enseña a conocer a personas maravillosas y a cambiar perspectivas rígidas. Será un placer seguir haciendo reportajes; yo no soy de despachos ni de corbatas.

-¿Cuál ha sido su momento más especial en Informe Semanal?

-Cuando hice el programa del alto el fuego definitivo de ETA. Fue maravilloso como periodista y persona. Era cumplir el sueño de joven periodista cuando empecé en Pamplona contando los muertos y heridos, los cajeros que explotaban... 23 años después, ese momento me ha merecido todo lo anterior.

-Participará en el foro social Summer of Hope. Ante tanta desilusión, ¿hay esperanza?

-¡Por favor, claro que sí! El mundo está mejor que hace 100 años y deberíamos tenerlo claro. Las malas rachas pueden sacar lo mejor de ti, pero no llega solo, hay que trabajárselo.