Galicia estará conectada con la Meseta a través de la alta velocidad tres años más tarde de lo previsto. Mariano Rajoy volvió a Soutomaior para abrir el curso político y lanzar la precampaña de las elecciones gallegas, si bien lo hizo por primera vez en calidad de presidente del Gobierno. Y como tal se trajo el anuncio de la nueva fecha oficial de conclusión del AVE, que estará plenamente operativo en 2018, tres años más tarde del 2015 comprometido en el Pacto del Obradoiro suscrito por el Gobierno de Zapatero, a través del ministro José Blanco, con la Xunta de Feijóo.

El ambiente optimista de hace un año, oliendo la victoria los populares, se transformó en moderación en esta ocasión, tras ocho meses de ajustes y que "son solo el principio" del "mayor periodo reformista" en la historia de España que permitirá "fijar los pilares de la recuperación económica".

Rajoy visitó Galicia consciente de que aquí comprobará el grado de desgaste de su acción de Gobierno y no fue austero a la hora de alabar la gestión de Alberto Núñez Feijóo. Sin embargo, concretar la fecha del AVE, motivo de disputa electoral desde hace años en la comunidad -la primera fecha de llegada fue 2007, que luego se retrasó a 2009, 2010, 2012 y 2015 durante los gobiernos de Zapatero-, era lo que mayor expectación generaba y Rajoy cumplió el guión al fijar la fecha dada por la Xunta tras analizar el estado inversor del Ejecutivo saliente del PSOE.

El presidente del Gobierno no solo fijó la fecha, sino que reivindicó el proyecto como compromiso del PP a través de las palabras "del más importante: el Boletín Oficial del Estado". "Con 1.743,3 millones licitados es el que ha hablado", sostuvo Rajoy antes de lanzar un guiño a la ministra de Fomento, Ana Pastor. "Solo quedan por adjudicar 14 tramos. Estoy seguro, porque lo pone el BOE, de que estará terminado en 2018", indicó. Casi al mismo tiempo, el exministro de Fomento, el socialista José Blanco, denunció los "cuentos chinos" del PP y que este año "no ejecutarán ni un 30% de lo presupuestado".

Cada palabra de Rajoy es escudriñada, así que su intervención repartió tiempo entre Galicia, España y Europa. Así, mostró su compromiso y el de su Gobierno con el sector lácteo "para que el precio de la leche suba a un precio digno"; con el pesquero para incorporar sus peticiones a la normativa de la UE; y con naval, para sacar adelante una alternativa al tax lease y lograr pedidos para los astilleros de Ferrol o un dique flotante.

También recordó a los clientes de las preferentes, que no solo llevaron sus protestas a las puertas del Castelo de Soutomaior donde se celebró el cónclave popular, sino que dos afectados, con dos niños pequeños, incluso interrumpieron a Feijóo al grito de "soluciones". Un día después de aprobar un decreto que podría suponer pérdidas de hasta el 70% para algunos clientes, Rajoy defendió su gestión y aseguró que se trata de un problema heredado. "El Gobierno actual no provocó esta situación. Esto no me hubiese pasado a mí y no va a ocurrir nunca más", dijo antes de defender a la Xunta por aplicar la vía del arbitraje. Para los que no sea suficiente, trabajará "ante los que tienen que decidir, que son muchos", en alusión a la Unión Europea, y buscará una solución justa.

Gran parte de quienes acudieron a escuchar a Rajoy sufrieron la subida del IVA a la hora de llenar los depósitos de sus automóviles, pues ayer entró en vigor, en contra de su programa electoral, si bien lo situó dentro de una agenda que permitirá el "mayor proyecto modernizador de la historia de España". "Si adoptamos este sacrificio es porque es imprescindible", alegó sobre una decisión "dolorosa", para "mantener la calidad de los servicios públicos" tras el desplome de la recaudación pública. "No caerá en saco roto", prometió antes de recordar que servirá para "pagar la sanidad, la educación, las pensiones y el subsidio de los desempleados", así como lograr mejor financiación y demostrar que España es "un país cumplidor".

Rajoy prometió que gracias a estas medidas "en junio estaremos mejor" que ahora, se iniciará la "recuperación" e incluso aseguró que algunas subidas de impuestos tendrán marcha atrás.

"Cuando las circunstancias lo permitan volveremos a la situación anterior", garantizó en un escenario donde el año pasado prometió iniciar reformas sin subir los impuestos y donde agradeció el apoyo del PP. "Si soy presidente es porque durante ocho años muchos han tenido el humor de apoyarme en la provincia de Pontevedra", declaró antes de insuflar optimismo: "No hay crisis que no hayamos superado".

El acto de Soutomaior lanza la precampaña gallega, así que Rajoy lanzó flores a Feijóo, que "en 2009 empezó como una esperanza y ahora culmina como un líder". "Galicia es una referencia", sostuvo, en la "austeridad y el sentido común de no gastar lo que no se tiene". Si otras comunidades y Zapatero hubiesen seguido su ejemplo, dijo, "hubiesen ahorrado muchos problemas". "Si en Galicia las cosas van mejor no es por azar, sino por un buen gobernante", prosiguió sobre Feijóo.

Finalmente, lanzó un mensaje a la UE para centrar un problema clave para el Estado: la prima de riesgo. "No es aceptable que un país pida dinero al 0% y otro no pueda financiarse o lo logre al 6%", alegó. Solucionarlo "es el reto más importante de la UE".