Las campañas de la DGT surten efecto. La tendencia a la baja en los últimos años de la accidentalidad en las carreteras gallegas se mantiene. Hasta tal punto que la campaña de verano se ha cerrado con el balance menos trágico de la historia: un total de 20 fallecidos, un 31% menos que los registrados en julio y agosto del año pasado -periodo en el que se contabilizaron un total de 29 víctimas mortales-.

"El verano empieza a dejar de ser la época más negra", destacó el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, al presentar ayer junto con el jefe de Tráfico en A Coruña y coordinador de los centros territoriales de Galicia, Pedro Pastor, los datos de accidentalidad viaria del verano. En la provincia de A Coruña, las estadísticas se reducen más de la mitad, al pasar de 12 muertos del verano pasado a cinco, seguida de Lugo -con seis víctimas mortales en julio y agosto frente a las nueve de 2011- y Ourense, con un solo fallecido mientras que el año pasado registró cuatro. Pontevedra es la excepción, ya que cerró estas vacaciones con ocho muertos, el doble que el año pasado.

Carné por puntos, endurecimiento de las penas para los temerarios al volante, refuerzo de la vigilancia en las carreteras... Las medidas puestas en marcha en los últimos años en materia de seguridad vial están detrás de la mejora de las estadísticas de la accidentalidad. En el caso de Galicia, el número de muertos en las carreteras en la última década descendió un 65% al pasar de los 410 registrados en 2001 a los 145 del año pasado. En lo que va de año, los accidentes de tráfico dejaron 78 fallecidos en la comunidad, un 18,7% menos que los 96 del mismo periodo del año pasado.

Por provincias, A Coruña y Pontevedra concentran el mayor número de fallecidos desde enero (29 y 25, respectivamente), seguidas de Lugo (16) y Ourense (8). Solo Pontevedra mantiene el mismo número de fallecidos en relación a 2011. El mayor descenso de siniestros mortales hasta agosto se produjo en las carreteras ourensanas (-50%), seguidas de las lucenses (-30,4%) y, finalmente, las coruñesas (-9,3%).

Pese al cambio de conducta por parte de los conductores, la confianza les lleva a asumir riesgos que, en el caso de las carreteras convencionales, vuelven a hacer saltar las alertas en Tráfico. Y es que ocho de cada diez víctimas mortales, según reiteró Juárez, se registran en vías secundarias.

En la presentación del balance, el delegado del Gobierno hizo especial hincapié en el aumento de víctimas en accidentes de moto -cinco de los 20 fallecidos este verano-, al tiempo que destacó que no ha habido ninguna víctima por atropello en julio y agosto. Sobre el posible aumento del tráfico en las vías convencionales motivado por el incremento de los peajes, Juárez consideró que no debería repercutir en las cifras de siniestralidad. Asimismo, recordó que el Ministerio de Fomento continúa negociando con las concesionarias para lograr una rebaja en las tarifas.

La tendencia a la baja de la siniestralidad en las carreteras gallegas este verano se repite en el resto de comunidades, que cerraron los meses de julio y agosto con 262 muertos, 62 menos que en 2011.