El PP se lanzó ayer de lleno al ruedo electoral con la proclamación del Alberto Núñez Feijóo como candidato a la presidencia de la Xunta en un auditorio a rebosar con más de 2.000 cargos y militantes del partido. Aseguró que tras tres años y medio al frente del Gobierno gallego ahora se siente más fuerte, preparado y convencido que antes para revalidar no solo el cargo, sino también volver a marcar la senda política de España como lo hizo Galicia, dijo, desde el año 2009 al apostar por la austeridad para afrontar la crisis, solo que ahora para mostrar a todos la vía de la recuperación económica.

"Galicia ha marcado el camino, cambió el discurso y la política de España y ahora también queremos ser los primeros en iniciar el crecimiento económico de España", proclamó el presidente de la Xunta y del PP de Galicia. Su principal meta será, si gana las elecciones, "pasar del rigor al crecimiento" con una apuesta para crear y mantener el empleo, pero sin renunciar a los principios de austeridad y control de las cuentas públicas. Su intervención fue sobre todo una defensa del modelo de gestión aplicado en la Xunta durante esta legislatura, lo que llevó a la comunidad, como repitió varias veces, a ser las más solvente de todas, a estar "blindada" ante la situación económica, a ser copiada en el resto de España y a no tener que recibir órdenes de nadie ni de nada porque hizo sus deberes. "No hay imposiciones externas ni ideológicas ni intereses ocultos", destacó el candidato.

Su principal objetivo del mandato será, añadió, combatir la recesión: "No me presento contra nadie, me presento contra la crisis, y cuando otros se presentan contra un proyecto, es porque no tienen proyecto". La fórmula será, precisó, con una apuesta por el empleo, la innovación, la internacionalización de las empresas, el gasto social y el apoyo a los emprendedores.

No se cansó Feijóo de situar su gestión como el punto de referencia para las políticas del PP en el ámbito nacional y en las comunidades donde gobierna. En esta línea, ante la "frustración y la desilusión" de la gente en la calle por la marcha de la economía, el presidente de la Xunta apuntó que las respuestas a las adversidades las ha estado dando la comunidad gallega pagando las facturas en plazo, construyendo nuevos hospitales y centros de salud, reforzando la educación y manteniendo a raya el déficit para que éste no controle a Galicia ni obligue a tomar medidas drásticas. "Sí, las respuestas están en Galicia porque hace cuatro años que estamos dando las respuestas", soltó Feijóo a los más de 2.000 simpatizantes que se reunieron en el Auditorio de Santiago, que se quedó corto de aforo y numerosos militantes tuvieron que seguir la intervención de su líder a través de pantallas exteriores.

Esos logros de su gestión, continuó, permiten ahora a Galicia mantener la atención a inmigrantes sin papeles porque hay dinero para pagarla y porque la comunidad necesita que los inmigrantes se queden a vivir.

Feijóo sostuvo que el PP no tiene nada de lo que avergonzarse y emplazó a sus simpatizantes a que "miren a los ojos" a la gente en cada pueblo para explicarles que si no se pudo hacer más fue porque o no se pudo o porque no se supo como hacerlo, "pero no porque no se intentara".

Destacó la labor de sus conselleiros en estos tres años y medio y definió a su equipo como un "gobierno honesto, limpio y trabajador, que es lo máximo que se puede decir cuando se llega al final de la legislatura".

En su intervención, el líder de los populares se ha valido del lema de la campaña del PP gallego, "Galicia está por encima de todo", para explicar que, con su propuesta, sólo piensa en la comunidad gallega. "Por encima de Galicia no hay nada", pregonó, y aprovechó la ocasión, aunque sin poner siglas, para lanzar una andanada a la recién creada alianza entre Anova e Izquierda Unida y al liderazgo de Pachi Vázquez en el PSdeG-PSOE. "Nosotros no cambiamos, somos los mismos y no permitiremos que Galicia se divida en porciones al quedar en manos de coaliciones técnicas y temporales y líderes momentáneos y ocasionales", soltó el candidato del PP a la Xunta.

En el capítulo de agradecimientos, Feijóo hizo un amplio repaso por los dirigentes del PP, como Rajoy y Fraga, pero también se refirió a las personas que lo están pasando mal, sobre todo del rural y del mar, que trabajan todos los días aunque solo sea para cubrir los precios del gasóleo.

Antes que Feijóo tomaron la palabra los cuatro presidentes del PP de Galicia y su secretario xeral. Y en los cinco se repitió el esquema de sus intervenciones. Por un lado, apoyo cerrado, como era esperado, a Feijóo, al que tienen como el mejor candidato, y por otro, chanzas y burlas sobre el liderazgo de Pachi Vázquez en el PSdeG-PSOE.

El más explícito fue el presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán. "Es lo mejor que nos puede pasar al partido, que Pachi Vázquez sea el candidato. Sin duda", soltó a la concurrencia, que respondió con aplausos.

Añadió que su liderazgo está tan contestado en el PSOE que espera, "por dignidad", que presente su dimisión antes de las elecciones. "Nosotros somos un partido único y unido", agregó, a modo de contraste.

Con la broma también se empleó a fondo José Manuel Baltar, presidente del PP de Ourense, quien destacó que en las votaciones de la capital quedó quinto como candidato al Parlamento y que tiene que ir por Ourense porque no lo quieren en otro sitio. "Nunca una persona así llegó a tanto ni el partido a tan poco", contó Baltar que le dijo un reconocido socialista.

Con la misma chanza, y prácticamente la misma idea, se expresaron también el líder provincial coruñés, Carlos Negreira, el lucense, Xosé Manuel Barreiro, y Alfonso Rueda.