Amando de Miguel Rodríguez (Pereruela de Sayago, Zamora, 1937), catedrático emérito de Sociología y defensor de la derecha liberal, sostiene que la responsabilidad de la crisis actual es individual, aunque el descenso de la productividad y el mal uso que se ha dado, en ocasiones, al dinero público han tenido -a su juicio- mucho que ver.

-¿Qué tiene esta recesión que la distinga del resto?

-Ésta es la crisis más gorda que hemos vivido. Se dice pronto, pero es así. Durante el siglo XX también se pasaron algunas malas situaciones económicas, pero de todas se salió más o menos bien y con un nivel de vida similar. Esto es algo que ahora no va a pasar.

-¿Es algo más que una "simple" crisis económica?

-Es un cambio de época, un cambio de era. Se están cambiando muchas cosas, tanto de la vida pública como de la vida privada. También las mentalidades de la gente. Creo que es un cambio similar al que sufrió Europa al pasar de la Edad Media al Renacimiento, solo que entonces hizo falta un siglo y ahora lo vamos a vivir en apenas dos o tres décadas. Estamos experimentando un cambio de coordenadas, de mentalidad y de sensibilidad.

-¿Saldremos de ésta?

-De la crisis seguro que saldremos; pero ésa es la parte cíclica que conlleva la economía. Sin embargo, las tasas de crecimiento que hemos llegado a experimentar no se van a volver a dar jamás. Ya nunca creceremos al 5, 6 o 7% como ha pasado en los últimos años. Socialmente, esta crisis está marcando a la gente de una manera muy brusca.

-¿Por qué hemos llegado a esta situación?

-La causa principal es un grave descenso de la productividad que se ha dado. En otras épocas hubo inventos que revolucionaron la productividad. Un ejemplo es el ferrocarril, que permitió cosas hasta entonces inimaginables. El invento de nuestra época ha sido la informática, que apenas ha aumentado la productividad. Para lo único que ha servido es para tenernos más controlados y burocratizar la vida aún más. Además, la mayor parte de la informática se emplea para el entretenimiento, como Facebook o Twitter. Y la mayoría lo usamos en horas de oficina, no hay por qué engañarse, disminuyendo así la productividad de los trabajadores.

-¿Hay culpables?

-No, eso es un error de planteamiento de la situación. La culpa es individual. La gente dice que la culpa la tiene la codicia, y cosas por el estilo. Pero la codicia, por ejemplo, es un mal universal que siempre se ha dado, en todas las épocas. ¿Por qué va a haber ahora más codicia que en años de bonanza? No tiene sentido.

-Entonces, ¿por qué la gente culpa a ciertos colectivos como los banqueros y los políticos?

-Porque son un colectivo muy fácilmente identificable sobre el que hacer recaer la culpa de esta situación. Echar la culpa sobre alguien es lo más humano que hay. Cuando nos pasa algo malo, siempre buscamos a alguien a quien hacer responsable. Ni políticos ni banqueros tienen la culpa.

-¿Quiere decir que los políticos no han tenido mucha culpa a la hora de llegar a esta situación?

-No, pero su importancia no ha sido grande. La gente suele tener la creencia de que la política puede desarrollar una sociedad o crear empleo, y eso es falso. Lo único que deben hacer los políticos es administrar bien el dinero público, gastarlo mucho mejor y hacer que sea productivo y eliminar obstáculos. No tienen que crear puestos de trabajo.

-Zapatero ha sido señalado como uno de los causantes de la crisis. ¿Qué opina acerca de su mandato?

-Para España, Zapatero fue lo peor de lo peor. Puede que sea el peor gobernante de la historia de España. Un incompetente: tenía todos los males de un gobernante. Dio lugar a la corrupción, transigió con los terroristas... todo lo hizo mal.

-¿Y Rajoy está haciéndolo mejor?

-Rajoy ha hecho una cosa mala, que es subir los impuestos, pero puede que no haya más remedio porque la deuda es tan inmensa que no sabemos cómo pagarla. Lo cierto es que los que están ahora parecen más preparados que los anteriores.

-¿Cómo definiría a la clase política española?

-Bastante mediocre. Pero es que las personas más brillantes no tienen que dedicarse a la política. El trabajo político no es para los genios. Las personas más capaces tienen que ser empresarios, por ejemplo, algo más productivo. Los políticos solo se encargan de manejar el dinero público. No hacen falta genios para eso, sirve con ser honrado.