El viaje relámpago a Uruguay y Argentina de Alberto Núñez Feijóo le sirvió ayer al presidente de la Xunta y candidato popular a la reelección para sacar pecho por las promesas cumplidas y tratar de conquistar al electorado del otro lado del Atlántico con nuevos compromisos. Durante un encuentro con emigrantes en Montevideo, Feijóo garantizó la aprobación nada más se inicie la próxima legislatura de la Lei de galeguidade que prometió ya en el año 2009, una norma con el respaldo unánime del Consello da Emigración y que garantizará la viabilidad de los centros gallegos en el exterior, que en estos momentos pasan por serias dificultades económicas, y reconoce los derechos de las nuevas generaciones de gallegos.

"Hace cuatro años dice que volvería como presidente con la tarjeta sanitaria para los emigrantes. Ahora volverá como presidente con la Lei de galeguidade aprobada", aseguró durante una visita a un centro de gallegos. A pesar del adelanto electoral y el ajustado calendario de aquí al 21-O, Feijóo dejó claro que no quería darle la espalda a la diáspora, cuyo voto, de hecho, ha resultado clave en Galicia en varios citas electorales. Consciente de ello y del papel que han jugado los emigrantes en alguna de las victorias del PP gallego en las urnas, Feijóo proclamó ayer que el PP tiene inscrita la atención a la emigración en su ADN "gracias a Manuel Fraga", que durante sus 16 años al frente de la Xunta mostró siempre una sensibilidad especial hacia los problemas de los gallegos en el exterior y convirtió en costumbre las visitas institucionales a la diáspora.

Feijóo finaliza hoy su viaje en Argentina, donde tiene previsto reunirse también con la colectividad de Buenos Aires, la llamada quinta provincia gallega.