"Aquí pide todo el mundo, algunos se creen que somos una agencia de colocación". Los acuerdos tácitos entre los directivos del Grupo Vendex y los funcionarios y políticos a los que querían tener satisfechos para lograr información privilegiada incluían también dar empleo a "conocidos". Las solicitudes se iban acumulando hasta provocar que los responsables de las empresas encontraban problemas para contentar todas las peticiones. Si las contrataciones de amigos y familiares no llegaban se podían producir "contratiempos" importantes en la adjudicación de un contrato público o en la renovación de un servicio que se ya se estaba prestando.

Algo tan valioso como un puesto de trabajo se convertía en una realidad gracias a la intervención de Vendex y lo que en principio solo era privilegio de los políticos de mayor rango, acabó convirtiéndose en un procedimiento habitual para otros cargos públicos.

Empleados en la grúa, en la limpieza, en aparcamientos, contrato temporal o indefinido para que el "engranaje" con la administración pública continuase funcionando y los valiosos datos de las condiciones técnicas de los pliegos llegasen hasta el destinatario.

Fuentes de la investigación apuntan que la trama empresarial que investiga el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo ha dejado al descubierto el juego de intereses que desde hace al menos dos años se producía en los ayuntamientos gallegos que están bajo el punto de mira. Con este procedimiento habitual se habrían empleado al menos una veintena de personas en las provincias de Ourense y Lugo.

. n las intervenciones telefónicas que los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) realizaron durante meses queda constancia de que había multitud de peticiones y los directivos se encontraban a menudo con problemas para "cumplir". En este sentido, las quejas entre ellos eran frecuentes y en más de una ocasión se perciben reproches hacia los políticos por la exigencias que cada vez eran mayores.

Las mismas fuentes apuntan que el alcalde de Ourense era uno de los que más "favores" solicitaba, aunque otros miembros del gobierno local de la ciudad de As Burgas también se pusieron en contacto con los responsables de Vendex para pedir que contratasen a conocidos y, en algún caso, a familiares.

Los contratos que se firmaban, apuntan personas próximas a la investigación, no siempre eran indefinidos y en ocasiones era necesario esperar a que hubiese un sitio vacante. Con estas prácticas, los cargos públicos conseguían situar a sus allegados y evitaban despertar recelos entre los funcionarios de su propia administración, donde los sindicatos también podrían hacer público los "enchufes".

En la mayoría de los casos casi no era necesario ponerse en contacto con los responsables del Grupo Vendex y no era extraño que las cartas de recomendación fuesen por correo ordinario o en manos de los propios interesados para lograr el contrato tan ansiado. Después de varios meses con este tipo de prácticas, la lista de peticiones fue creciendo y los investigadores creen que todavía es "mucho más grande" , ya que hasta ahora solo se ha podio descubrir un porcentaje limitado.