La socialista Paula Fernández Pena afronta desde hoy su segundo gobierno en minoría en Silleda. La alcaldesa expulsó ayer del Ejecutivo al único edil del BNG, Matías Rodríguez da Torre, y le retiró las competencias que venía ostentando desde el 6 de julio de 2011 en materia de cultura, educación, turismo y participación ciudadana. Además, queda sin efecto la dedicación exclusiva de 26.400 euros anuales que venía percibiendo y que estaba vinculada a la segunda tenencia de alcaldía, que desaparece del organigrama municipal; de este modo, como únicos cargos asalariados quedan la regidora y su hombre de confianza, Manuel Cuiña.

La expulsión del edil nacionalista se produce una semana después de que votase en contra de la firma de un convenio con el Ministerio de Fomento para transferirle la titularidad del vial de acceso a la autopista AP-53 en Lamela. El PSOE local interpretó la acción como "incumplimiento" del pacto de gobierno. Tras el apoyo del BNG a Da Torre, cuya marcha exigían los socialistas para mantener el pacto, Fernández ha decidido retirarle las competencias y remodelar el gobierno. También queda sin efecto el decreto por el cual Da Torre tenía potestad para efectuar pagos de hasta 3.000 euros.

La alcaldesa aprovecha la remodelación del gobierno no solo para repartir las competencias que tenía delegadas su ya exsocio, sino también para redistribuir otras áreas. Fernández delega materias que ella misma llevaba hasta ahora y se queda con Régimen Interior, Hacienda, Urbanismo y asume Empleo y Educación.

La decisión de expulsar al único concejal del Bloque deja en minoría al grupo socialista por segunda vez. Ya sucedió durante la primera etapa de Fernández al frente de la alcaldía entre junio de 2007 y octubre de 2009. Entonces, las desavenencias internas desembocaron en una moción de censura propiciada por dos de sus compañeros de candidatura -Ofelia Rey y Javier Cuiña-, mientras que un tercero -Gerardo Lázara- también acabaría abandonando el grupo socialista.

No parece que ahora pueda darse una situación similar, pues la actual regidora se cuidó de rodearse de personas de su máxima confianza al confeccionar su candidatura y su grupo tiene ahora una cohesión de la que adolecía entonces. Así es que no le ha temblado el pulso a la hora de cesar a un socio del que, por otra parte, tiene el convencimiento de que tampoco se aliará con el PP para derrocarla.

Por su parte, el edil del BNG Matías Rodríguez da Torre defendió su votación en contra del criterio del grupo mayoritario del concello. "Lo que yo hice fue defender los intereses de los vecinos", se defendió ayer. Matizó también que no retiró el apoyo al gobierno municipal, sino que en la votación sobre la transferencia de una vía a Fomento se evidenció que PSOE y BNG "son lo que son, dos organizaciones políticas que a veces pueden tener visiones distintas".

El conflicto provocó que las direcciones autonómicas del PSdeG y Bloque frunciesen el ceño. El secretario de Organización de los primeros, Pablo García, reconoció que "no es una buena noticia para Silleda ni para PSOE ni Bloque", si bien pidió "altura de miras" a este último para cumplir con la demanda ciudadana. Por su parte, el portavoz nacional frentista, Xavier Vence, declaró antes de que se confirmasen los hechos que "no es de recibo plantear un órdago así".