El fuego regresó ayer, por partida doble, a los montes de la Ribeira Sacra ourensana, al concello de Nogueira de Ramuín. Dos nuevos incendios arrasaron al menos 63 hectáreas -Medio Rural no facilitó datos de superficie del segundo-, en la parroquia de Vilar de Cerreda, que ya había sido golpeada este mes. En lo que va de mes las llamas han malogrado en la zona más de 200 hectáreas según los partes oficiales de la Consellería de Medio Rural. "Estamos un poco desbordados", reconocía ayer, tras el segundo incendio del día, el alcalde de Nogueira de Ramuín, César Parente (PP). "Este año está siendo trágico por los incendios, hay muy mala intención. La verdad es que se están ensañando con nosotros", explicó.

El fuego volvió a aparecer ayer también en Monterrei, que con Cualedro ya sufrió el mayor incendio del verano el fin de semana. Al cierre de esta edición, el incendio que afectaba a los pueblos de Guimarei y Alvarellos seguía activo. Por la tarde, obligó a cortar puntualmente la N-525 y complicó la circulación en la A-52 a su paso por Monterrei.

Mientras, el mayor incendio del año, que arrasó 2.200 hectáreas en Monterrei y Cualedro, destrozó fincas, viñedos, huertas particulares y doscientos castaños centenarios. Las corporaciones locales de los dos ayuntamientos, gobernados por el PP, se reúnen mañana en sesión extraordinaria para "pedir la declaración de zona catastrófica y luchar por la indemnización de daños", según anunció el regidor de Monterrei, José Luis Suárez. El alcalde de Cualedro, Luciano Rivero, por su parte, sigue de vacaciones en Italia, lo que no gusta a algunos vecinos. "Nosotros rodeados por el fuego, y él de crucero", criticaba ayer una mujer. Fuentes de la Xunta aseguraron ayer que el Ejecutivo gallego baraja conceder ayudas para repoblar las zonas dañadas.

Una vez que el fuego está controlado el debate en Monterrei y Cualedro gira en torno al por qué. Y los vecinos no dudan de que el incendio, que llegó a tener varios focos fue intencionado.

Mientras, en Portugal se registraron ayer ocho incendios, dos en la frontera con Pontevedra. Uno en Vilanova de Cerveira, donde trabajaban 21 bomberos, y otro en MonÇao, con 31 asignados.