Un incendio de gran virulencia avivado por el viento y temperaturas por encima de los 30 grados sembró ayer el pánico en el municipio ourensano de A Merca. Obligó a desalojar el colegio con 58 niños y a los 30 residentes del geriátrico de San Pedro en A Corredoira, quemó cuatro casas en el pueblo de San Pedro de Proente, fincas enteras y desbordó a su alcalde, Manuel Jorge Velo Reinoso, que sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser trasladado en ambulancia. También un jefe de brigada sufrió quemaduras de segundo grado en las manos cuando sofocaba este incendio y tuvo que ser trasladado al hospital vigués de Povisa, con pronóstico leve.

El fuego, que al cierre de la edición seguía activo y había calcinado al menos 200 hectáreas según las primeras estimaciones de la Xunta, se inició justo enfrente de la Casa do Concello y a unos cien metros de la escuela de Infantil y Primaria. Eran las 13.40 horas y los niños se dirigían al comedor escolar pero la presencia de una densa nube de humo obligó a suspender la actividad de inmediato y enviar a los niños a sus casas.

El viento soplaba con tanta fuerza que en solo una hora ya había arrasado 35 hectáreas amenazando las viviendas de Paradela y Outeiro. La Consellería de Medio Rural decretó a las 14.28 horas el nivel 1 de máxima alerta y protección civil se desplegó por la zona de riesgo pidiendo a los vecinos que abandonasen sus casas. La gran columna de humo que desprendía el incendio podía verse desde la ciudad de Ourense.

El fuego se aproximó tanto y tan rápido a la residencia de mayores de A Corredoira que los familiares de algunos de los residentes y personal del centro temieron que explosionase la bombona de propano que se encuentra en el exterior del recinto. Esta posibilidad hizo que los allí presentes viviesen momentos de gran tensión. Benestar y los propietarios del geriátrico se hicieron cargo de los ancianos que, según explicó el alcalde, regresarán hoy mismo a la residencia.

El pueblo de San Pedro de Proente fue el más afectado por las llamas. Aquí el fuego rodeó la población y acabó entrando en las casas a través de una vivienda sin tejado. De esta pasó a otras dos deshabitadas y a una cuarta en la que vive Carmiña, una mujer de edad avanzada que ya había sido desalojada por protección civil. Llorando, la mujer pudo ver como las llamas destrozaban parte de su casa y quemaban uno de los dormitorios. El propio alcalde trató de consolarla antes de sucumbir él mismo a la tensión acumulada.

Los medios de extinción que envió la Consellería de Medio Rural no daban abasto debido a la velocidad del fuego y a los diferentes cambios de rumbo por el viento. Contaron con la colaboración de cien efectivos enviados por el Ejército.

El humo dificultó la intervención de los medios aéreos, que no pudieron actuar mientras el fuego campaba a sus anchas en Proente, atajado por varias brigadas. Por momentos, los efectivos utilizaron calderos de los vecinos para sofocar las llamas. El fuego rodeó todo el municipio y a última hora, el regidor ya recuperado pudo recorrer el perímetro. Las llamas, que traspasaron al municipio de Allariz y amenazaron casas en San Vitorio, avanzaban al cierre por A Mezquita, Compostela y Celeirós, llevando la alerta a estas poblaciones. Ayer fue un lunes negro en la provincia de Ourense. Una docena de fuegos, a mayores del de A Merca, devastaron más de 620 hectáreas en Paderne de Allariz, Maside, O Barco y otros concellos.

Medio Rural también activó ayer el nivel 1 de alerta durante dos horas en el municipio lucense de Guitiriz por el riesgo para las viviendas en la parroquia de Parga. El alcalde José María Teixido explicó que un cable en mal estado que alimentaba la bomba de extracción de un pozo cercano a un cobertizo en una casa particular pudo ser la causa del fuego. A las 21.20 horas el incendio quedó extinguido tras calcinar nueve hectáreas.

Por otra parte, efectivos de extinción mantienen controlado un incendio que se declaró ayer en la parroquia de Malvas en Tui (Pontevedra), donde hace una semana ya se produjo un fuego forestal.