El buque Ramón Margalef, el más moderno y mejor equipado de la flota del Instituto Español de Oceanografía con solo tres años de vida y base en el puerto de Vigo, ha encendido de nuevo las alarmas en aguas que rodean a Gibraltar, cuya soberanía se disputan Reino Unido y España. En plena campaña en la zona de Poniente del Peñón, la Royal Navy actuó y cercó al barco al considerar la maniobra "una provocación y una amenaza" más en los capítulos de trifulcas entre ambos Estados, agravados en los últimos meses con los controles en La Roca.

El Ramón Margalef, tripulado por gallegos, tuvo que pedir auxilio a la Guardia Civil, que envió a dos patrulleras para proteger al oceanográfico de la Royal Navy y deshacer el entuerto. El incidente llegó a tal extremo que Londres ha convocado al embajador de España en Gibraltar, Federico Trillo, por la "grave incursión" de un barco español en aguas territoriales de Gibraltar. Ayer mismo el Gobierno británico insistía en que España "está equivocada" con Gibraltar y el Gobierno español defiende la misión del Ramón Margalef.

Ocurría el martes y, aunque "se vivieron momentos de tensión", ya que la Royal Navy intentó desde el inicio forzar la salida de la zona del Margalef, con insistentes llamadas y avisos por radio y la presencia de las patrulleras rodeando al buque, la situación se controló. Son al menos 14 los gallegos que van a bordo del oceanográfico con puerto base en Vigo; 12 tripulantes y dos técnicos, sin contar el equipo de científicos que se une en este tipo de expediciones oceanográficas, que suelen durar entre 15 y 20 días.

"Estamos todos bien, sí perfectamente, pero no nos dejan realizar ningún tipo de declaración. Tiene que perdonar, ¡un saludo!", expresó ayer a este periódico Juan, el jefe de máquinas, vía telefónica. La tripulación estaba reunida a bordo del Margalef, fuera de todo peligro, según Juan.

Los hombres del Margalef son gallegos: de Vigo, Bueu, Marín y Ribeira. Además de capitán, oficiales, máquinas y cocina se ocupan de la parte de marinería, acompañando en su ruta a los científicos que realizan las prospecciones, todos en la misma nave.

En 2012 realizó una campaña de cuatro meses en El Hierro, para registrar la erupción volcánica en la isla. En agosto de este año, el Ramón Margalef se ocupó también de la campaña de evaluación de la anchoa en el Golfo de Vizcaya. En esta ocasión les pilló entre dos aguas o entre dos tierras. Sufrieron al acoso puntual de dos embarcaciones de la Royal Navy. Tras al apoyo de la Guardia Civil el buque pudo continuar su tarea. Según trascendió ayer, el buque se encontraba haciendo prospecciones y recabando pruebas en la Bahía de Algeciras, siguiendo instrucciones de la Fiscalía, para aportar datos que permitan a la Comisión Europea dilucidar si los 70 bloques de hormigón arrojados al mar en verano por Reino Unido respetan la legislación comunitaria.

Según las autoridades británicas, "esta nueva incursión" se produce solo dos semanas después de que un barco de la Guardia Civil realizase maniobras peligrosas en un área próxima a naves de la Royal Navy en sus aguas. El secretario de Estado británico para Europa, David Lidington, se quejó de la actuación del Ramón Margalef, que desplegó entre lunes y martes "una actividad significativa en aguas territoriales británicas de Gibraltar por más de 20 horas".