Las llamadas a la cautela y a la precaución de la Xunta y las autoridades locales nada más ser activada la alerta roja en la costa gallega no tuvieron la respuesta esperada. Una ola arrastró ayer por la tarde a un hombre, su hija y su cuñado en la costa de Meirás, en Valdoviño. Los desaparecidos son Juan Bedoya, su hija Patricia y su cuñado Rodrigo, mientras que la hija de este último -de unos 20 años- logró ponerse a salvo, tras lo que fue ingresada en el hospital Arquitecto Marcide de Ferrol.

El accidente se produjo en una jornada de alerta roja en todo el litoral gallego con olas que rebasaron los 12 metros y medio, lo que llevó a numerosas personas a acercarse a la costa para contemplar la furia con que el mar rompía contra la tierra, que en esta zona de Valdoviño resulta de especial atractivo por la bravura de los embates del mar.

El aviso de la emergencia se produjo a las 18.39 horas tras la llamada de un particular al servicio 112. Inmediatamente se desplegó el servicio de rescate en el que participaron la Guardia Civil con un helicóptero y con efectivos en tierra, otro helicóptero Helimer Galicia, el buque Sar-Gavia, una unidad de bomberos de Ferrol y varios destacamentos de voluntarios de Protección Civil de Mugardos y Valdoviño.

Pese al dispositivo de rescate y a que los agentes y voluntarios rastrearon la costa, no se había encontrado al cierre de esta edición a ninguno de los desaparecidos vecinos del lugar de O Canto do Muro, en Porto. La operación se canceló a las diez de la noche y el rescate se retomará hoy con las primeras luces del día. En el momento del accidente las olas rondaban los nueve metros en Valdoviño.

La Xunta reiteró ayer la necesidad de "extremar las precauciones" ante el temporal costero que afecta a la costa gallega y volvió a pedir a la población que no se aproxime a diques y zonas costeras en las que corran el peligro de sufrir un golpe de mar.

Mientras, las labores de búsqueda de un hombre de 70 años desaparecido en Corrubedo el viernes por la tarde cuando iba a pescar se retomaron ayer. En el rastreo, además de efectivos de Protección Civil y de la Policía Local también participaron familiares, aunque las condiciones meteorológicas dificultaron las tareas de búsqueda en la zona.

El nivel decretado ayer en la costa gallega fue máximo: las olas superaron los 11 metros -cabo Vilán, 12,66; punta Langosteira, 12,02; Estaca de Bares, 11,72; y cabo Silleiro, 11,48, según los registros de las boyas de observación de Puestos del Estado- y las intensas lluvias provocaron inundaciones y obligaron a cortar varios tramos de carreteras secundarias en las provincias de A Coruña y Pontevedra. Apenas dos semanas después de que un incendio provocado por un rayo calcinase el interior del santuario de A Virxe da Barca, en Muxía, el temporal golpeó de nuevo el templo, que ha sufrido el derribo del muro frontal -de dos metros de altura y unos 60 centímetros de ancho-.

La fuerza de las olas también afectó a la mítica Pedra de Abalar, que fue desplazada y, según explicó la policía, es muy posible que esté rota aunque hay que esperar a que baje la marea para ver el alcance de los daños. Sería la tercera vez que se rompe.

El alcalde de Muxía, Félix Porto, explicó que el mar "barrió todo el muro" frontal del santuario y dañó la Pedra de Abalar, además de llevarse parte del puerto deportivo. El muro del templo, que apenas se elevaba 40 centímetros desde la plaza principal, sería para que no llegase a ella el gua del mar cuando las olas azotaban las rocas próximas. Según lamentó, se trata de daños "muy importantes" y que de momento no pueden cuantificar", sobre todo por la Pedra de Abalar, que es "incalculable".

En el puerto de Laxe, también en A Costa da Morte, una embarcación de pesca de diez metros de eslora, se hundió debido al fuerte temporal, que también amenazó con engullir a otras ocho barcos en la zona. En Ares, el fuere oleaje arrancó de las amarras un veleros de unos ocho metros de eslora, que quedó encallado en la playa.

La intensidad del temporal sacudió con fuerza la costa de la comunidad, cuya magnitud se acentuó con la pleamar, pero también zonas del interior. Así, se registraron inundaciones, cayeron árboles, se anegaron bajos y viviendas y varios tramos de carreteras secundarias se tuvieron que cerrar el tráfico en las provincias de A Coruña y Pontevedra debido a las inundaciones y desprendimientos.

Entre los tramos de carreteras cerradas ayer están la DP-3302 en la localidad coruñesa de A Excravitude, la EP-0503 en Vilacova, en las proximidades de Barro y la EP-4306 de Cernadela. En esta última vía, un tramo se hundió con gran estruendo y provocó un socavón de unos 25 metros de longitud. Las tuberías de desagüe no fueron suficientes y tras crearse un embalsamiento de unos 200 metros de largo por 70 de ancho, la presión hizo reventar la carreteras. La acumulación de lluvias de los últimos días también provocó el sábado por la tarde el desprendimiento de un talud en la autovía de O Barbanza, lo que obligó a cerrar al tráfico uno de los carriles en un tramo de 700 metros en dirección a Ribeira.

En Vigo, el puente de Samil tuvo que ser cerrado al tráfico por el desbordamiento del Lagares. Además el fuerte viento provocó la caída de árboles, antenas y elementos de fachada. En A Guarda, el mar lanzó piedras de la costa y baldosas sobre la calzada en Area Grande, mientras que en Pontevedra la río Gafos se desbordó anegando casas y bajos y obligando a cortar calles. Hasta un conductor tuvo que ser rescatado tras quedar su coche atrapado en el agua.

Además del oleaje y las intensas precipitaciones, el viento también se hizo notar ayer en la comunidad, con vientos superaron los 100 kilómetros por hora en varios puntos del litoral -Lousame, 122,4; Cedeira, 119,8; Oia, 116,4, y Vigo, 113,4)-. Para hoy se espera que el temporal empiece a remitir, aunque casi todo el litoral gallego continuará en alerta roja. MeteoGalicia prevé para hoy oleaje todavía fuerte, cielos cubiertos y temperaturas mínimas en ligero descenso. El servicio meteorológico gallego pronostica que Galicia seguirá hoy bajo vientos del sur moderados aunque con intervalos fuertes en zonas del litoral de la provincia de A Coruña.