Una especie de reloj negro sin cristal ni manecilla. Este sistema de control es la antesala de la libertad para cada vez más presos, que acaban de cumplir condena en su domicilio vigilados por pulseras o tobilleras electrónicas. A través de este dispositivo telemático, cientos de internos en tercer grado pueden hacer frente a sus cargas familiares e incluso empezar a trabajar sin tener que volver a dormir prisión. Hasta un total de 135 presos en tercer grado en Galicia cumplen condena fuera de los centros penitenciarios, lo que supone un 40% de los internos clasificados en tercer grado en la comunidad, según datos facilitados por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

Cada año son más los reclusos que se benefician del régimen de semilibertad, un sistema por el que ha apostado en los últimos años Instituciones Penitenciarias con un doble objetivo: aliviar la sobresaturación de los penales del país y favorecer la reinserción de los condenados que están a punto de salir de prisión.

Los Centros de Inserción Social (CIS) de A Coruña y de A Lama (Pontevedra) concentran en la actualidad el mayor número de reclusos que disfrutan en Galicia del régimen de semilibertad. En el caso del centro coruñés, un total de 51 reclusos en tercer grado pasan la noche en su casa controlados con el dispositivo electrónico desde Prisiones. En A Lama, cuentan con pulsera telemática 54 reclusos. Las 30 concesiones restantes del dispositivo de control en Galicia se dieron en las cárceles de Pereiro de Aguiar (21) y Bonxe (9). Pero en relación al número de internos en tercer grado susceptibles de control telemático, son los reclusos de estos dos últimos centros los que concentran el mayor porcentaje, un 51% y 43%, respectivamente. En el caso de A Coruña, son tres de cada diez presos en tercer grado que están controlados con pulsera telemática y en Vigo, cuatro.

¿Qué internos se benefician del régimen de semilibertad? Se trata de reclusos que han demostrado su capacidad de reinsertase, por lo que la Junta de Tratamiento del penal informa favorablemente al control telemático, lo que les permite cumplir lo que les resta de condena fuera de prisión. Según el delito por el que estén entre rejas pueden estar desde meses hasta años con la pulsera o tobillera electrónica. En su mayoría, los internos en Galicia que disfrutan de este régimen de semilibertad son condenados por delitos de seguridad vial, contra la salud pública y robos.

Ni el estado civil del interno, ni el delito por el que fue condenado, ni la duración de la pena son variables decisivas para aplicar o no de este sistema de semilibertad. Se trata de una medida voluntaria que se aplica a instancias del propio recluso o de la junta de tratamiento de prisión. La práctica totalidad de los penados son partidarios de este método, a pesar de que supone una injerencia en su vida personal y familiar por la visibilidad de las pulseras. Pero, compensa al no tener que ir a dormir a prisión.