Tres años antes de que la Xunta pusiese coto a los seteros que cada otoño peinan los montes gallegos, con multas de cien a mil euros para quienes recojan en exceso o en bolsas de plástico en lugar de cestas, un concello de Ourense aprobó su propia ordenanza en materia micológica. A Veiga, un ayuntamiento de apenas 1.000 habitantes, redactó en 2011 una normativa municipal sobre la recogida de hongos en sus terrenos: carnés de seteros gratis para los residentes, y licencias para foráneos por día, mes o año con un coste de entre ocho y 200 euros. El proyecto pionero del concello ourensano, que ya ha expedido unas 500 licencias a vecinos y más de un centenar en localidades limítrofes, sirve de ejemplo para otros municipios con tradición micológica que sopesan implantar esta ordenanza a su territorio.

En el caso del reglamento aprobado el año pasado por la Consellería de Medio Rural para regular la recogida de setas, recoge tres tipos de aprovechamiento pero no establece la creación de un carné. Para consumo propio, cada persona solo puede recoger un máximo de dos kilos al día, según el decreto autonómico. Para la recogida con interés comercial no hay limitaciones pero se exige la autorización por escrito del propietario del monte. Y con fines científicos, queda limitado a cinco unidades por especie.

En la primera temporada setera con el nuevo reglamento de la Xunta, los agentes forestales realizaron un total de 60 inspecciones en los montes gallegos, en los que tan solo fue interpuesta una denuncia a un recolector que se excedió de los dos kilos permitidos en el concello de A Veiga. "La norma fue respetada y la campaña se desarrolló sin incidencias", destacan desde Medio Rural.

Limitaciones diferentes

Las cantidades máximas fijadas por la Consellería de Medio Rural difieren de las establecidas por el Concello de A Veiga, por lo que ha remitido su ordenanza a la Xunta para que determine la normativa de aplicación en su territorio. Para los vecinos de A Veiga, el Ayuntamiento no establece límite alguno en la recogida de hongo, sin embargo para los foráneos hay varias posibilidades. Desde un carné de ocho euros por día que permite la recolección de hasta un máximo de cinco kilos, una licencia que permite superar esas cantidad en un día por 15 euros; hasta un carné mensual para no residentes de 40 euros y uno anual de 200 euros.

Desde la Federación Micolóxica Galega, defienden la creación de este tipo de licencias para seteros en las que se identifique al recolector así como insisten en la necesidad de que la Xunta revise las cantidades máximas fijadas por ley ya que basta con coger dos "boletus de buen tamaño" para que se superen lo dos kilos por persona y día, así como que se protejan las especies vulnerables.

En el caso de la recogida para consumo propio, el secretario de la Federación Micolóxica, José Luis Tomé, reclama dos excepciones a la norma general de dos kilos por persona y día: la primera, un tope máximo de un kilo para las especies vulnerables, bien por su escasez o por encontrarse en regresión o por su excesiva recolección; y la segunda, cuando se trate de especies de gran porte, con un tope máximo de cuatro kilos. Aunque el decreto de la Xunta recoge la prohibición de recoger, alterar o estropear ejemplares de especies protegidas, Tomé advierte de que no produce efecto alguno ya que no detalla cuáles son las especies a proteger.

Y en el caso de la recogida de setas con fines comerciales, aprovechamiento para el que Medio Rural no establece limitación, la Federación Micolóxica aboga por fijar un máximo de recolección diaria.

Aunque desde la Xunta nunca se ha hecho un estudio detallado sobre la capacidad productiva de la micología en la comunidad, la Asociación Forestal (en la que se agrupan miles de propietarios forestales gallegos) estima que el negocio de las setas mueve cada año en la comunidad 12 millones de euros, aunque algunas empresas del sector calculan que al empezar a regularse se podrán alcanzar los 30 millones de euros anuales.