Antonio Gómez González Patrón mayor de la Cofradía de O Barqueiro

"El botiquín obligatorio para la flota de bajura es otra forma de chuparnos el dinero"

"Trabajamos a cinco minutos del puerto de Bares ¿para qué quiero unas tiritas o un ibuprofeno?" - "Estamos más perseguidos los que tenemos todo en regla que los furtivos"

Antonio Gómez, patrón mayor de O Barqueiro.

Antonio Gómez, patrón mayor de O Barqueiro. / la opinión

a coruña

Antonio Gómez González (O Barqueiro, 1969) es el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de O Barqueiro-Bares, que agrupa a unos 40 socios y vive fundamentalmente del marisqueo. Gómez critica las tasas elevadas que debe afrontar el sector y la gestión de las administraciones en el reparto de las posibilidades de pesca.

-¿Cuál es la principal actividad de la cofradía?

-El marisqueo tiene mucha importancia en O Barqueiro porque es la actividad que nos aporta más ingresos, pero las mariscadoras dejan aquí el 4,5% de las ventas en la lonja. El resto de barcos de bajura venden en otros centros, como el de Burela y Cedeira. Al ser una cofradía pequeña tenemos que desplazarnos porque no vienen muchos compradores. El mercado está donde está la gente.

-¿Cuáles son las especies a las que se dedican los socios?

-A la captura de pulpo y nécora con nasas; la de rodaballo, rape y raya con miños, la de merluza con las vetas y la de erizo y percebe.

-¿Por qué cree que salió reelegido patrón mayor?

-Porque estaban contentos conmigo o porque no había otro (risas). No se presentó nadie. Entonces, hicimos una votación con listas abiertas y me escogieron a mí.

-No presentó su candidatura entonces. ¿No estaba a gusto con el cargo?

-Teníamos que presentar una candidatura y no llegábamos al número mínimo de armadores.

-¿Se siente querido y apoyado en el cargo?

-Sí, pero siempre hay alguien por el medio que discrepa con tu trabajo. Voy a hacer dos años ya como patrón. Antes lo era mi hermano, pero falleció de un infarto. A los dos meses volvimos a escoger patrón y me votaron a mí. Después vinieron las elecciones del pasado verano y ya sabe lo que pasó.

-¿Le resulta complicado ser patrón mayor?

-Es difícil porque es una cofradía pequeña con muy pocos ingresos. Hay que hacer muchas cuentas y luchar para salir adelante y mantenerse. Los pósitos con pocos socios tienden a desaparecer. Llegar a finales de año sin deudas o con unos ingresos que superen los 1.000 euros, ya es mucho. Si fuésemos una cofradía grande, sería diferente.

-¿Es una buena solución la fusión de cofradías para evitar la desaparición de los pósitos pequeños?

-A lo mejor el día de mañana tendremos que hacerlo. El problema de las cofradías pequeñas son los ingresos, porque nunca van a llegar a vender. Al pósito vecino de O Vicedo le pasa lo mismo. Aunque nos juntemos con ellos y con Espasante, no haríamos ventas. Si fuese en otra época, sí. Hace veinte años teníamos 150 mariscadoras y había días en los que los que sólo íbamos a capturar coquina y almeja. Ahora si vas al mar, no puedes mariscar. La gente fue a menos, también los jóvenes.

-¿Por qué cree que no se anima la juventud a trabajar en el sector?

-¿Cómo se va a meter una chica joven al sector, cuando las mariscadoras están pagando el seguro y poco más? A veces ni eso pueden afrontar. Ahora la gente busca una alternativa que antes no había.

-¿Cómo les afecta el recorte de cuotas?

-El año pasado estábamos pescando rape y de golpe y porrazo, cuando había más cantidad, cerraron la pesquería. Y lo mismo pasó con la raya. Capturábamos más de 100 kilos diarios y ¡zas! ¿Cómo vamos a estar contentos si pasa la xarda por aquí, la pescamos en los aparejos y la tenemos que tirar? Es increíble. Tienes que descartar las capturas porque ya se agotó el cupo de 300 kilos. Tengo capturado 2.000 kilos en la levantada. Así que eche cuentas.

-¿Las administraciones negocian y gestionan bien las cuotas?

-No. Ni en Bruselas ni aquí se hacen las cosas como se debería. En el caso de la cuota de rape, por ejemplo, seguramente se cerrase la pesquería porque algún barco capturó merluza u otra especie con posibilidades de pesca y apuntó rape en su lugar.

-¿Es una práctica habitual?

-Creo que sí...

-¿Les afecta mucho el furtivismo?

-A las mariscadoras no les perjudica mucho. Las más afectadas son las que se dedican al percebe.

-¿Son furtivos organizados o independientes?

-Hay de todo: el que baja a por poca cantidad y los que buscan cuantos más kilos, mejor.

-¿Qué solución para erradicar la actividad ilegal?

-Meterles caña. Creo que si se tipifica como delito, se conseguirá algo. Si enchironas al furtivo durante dos meses, en ese periodo de tiempo no volverá a pescar. El resto de mariscadores ilegales igual se aplican aquel refrán que dice: cuando las barbas de tu vecino veas quemar, pon las tuyas a remojar. Aunque habría que tener en cuenta también a las personas que van por necesidad. Además, a veces estamos más perseguidos nosotros, los que tenemos todo en regla, que los furtivos.

-El sector se queja constantemente de que las tasas son elevadas y de que hay numerosas trabas administrativas. ¿Qué opina?

-Todo lo que te han contado ya mis compañeros en las anteriores entrevistas es verdad. Enumero: Tasas de ayuda a la navegación, chalecos, balsas, radiobaliza, tasas de puertos que pagamos por duplicado... Es demasiado.

-¿Qué opina de la polémica del botiquín obligatorio de tipo C para la bajura?

-Es otra forma de chuparnos dinero. ¿Para qué quiero yo unas tiritas, unas gasas y demás material, si estoy trabajando tan cerca de la costa? Es excesivo. Estamos a cinco o diez minutos del puerto de Bares. Hay otras cosas que sí son necesarias, como por ejemplo un spray para utilizar en caso de infarto. Ese tipo de material está bien. Pero un ibuprofeno, no. ¡Por Dios!

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