En agosto de 2005, arqueólogos de la ARMH abrieron en Portomarín la primera fosa de víctimas gallegas del franquismo. Darío Rivas recuperó entonces los pocos restos que la humedad de la zona habían dejado de su padre, el exalcalde lucense Severino Rivas, fusilado en octubre de 1936. Desde entonces, Darío Rivas, afincado en Argentina, lucha para que los jueces del país austral investiguen los crímenes del franquismo.

En estos diez años, el colectivo de la memoria histórica exhumó otras 16 fosas en Galicia. Para la campaña de este año prevé realizar cinco. En Rao (Lugo), la ARMH buscará los restos de Salvador Voces, abatido por en octubre de 1948. En el ayuntamiento asturiano Santirso de Abres, limítrofe con Galicia, yacen los restos de un maestro de Lugo, Pablo Martínez-Crespo, junto a otros cinco asturianos.

En la aldea lucense de Teilán ya tienen localizados los restos del comandante Benito, abatido por la Guardia Civil junto a Bernardo Álvarez. Aunque no tiene descendientes, la ARMH sopesa la posibilidad de exhumar los restos y llevarlos a su pueblo, Mugardos. También buscarán en Vilarmea (Lugo), donde sospechan que hay una fosa con numerosos cuerpos e intentarán retomar los trabajos en Amenal (A Coruña).