Juan Carlos Pardo Galdo (Cariño, 1973) es el nuevo patrón de la Cofradía de Pescadores de Cariño y mantiene la esperanza de revertir la situación del pósito, que acumula una gran deuda. Pardo asegura que muchos cerqueros no se acogieron a las ayudas por la parada de la sardina porque no tenían la certeza de poder cobrar e insiste en la importancia de que los políticos dialoguen con el sector para conocer sus inquietudes.

-¿Qué le animó a ser patrón mayor de la cofradía?

-La mala situación que atravesamos. Estamos un poco patas arriba.

-¿A qué se refiere?

-Económicamente estamos fatal. Tenemos una deuda muy grande, de alrededor de 900.000 euros, por culpa de la mala gestión de la anterior directiva. Cuando llegamos al pósito le pedimos ayuda con la documentación y no colaboró.

-¿A quién le deben dinero?

-A Portos de Galicia, Fenosa y varios proveedores. Estamos negociando con la Consellería do Mar para ver qué podemos hacer.

-Entonces, ¿solicitaron la intervención de la Xunta?

-Sí, pero nos dijeron que no. Estamos esperando para ver si nos admiten el preconcurso de acreedores. Si no lo hacen, estamos fastidiados.

-¿Qué les dice Mar?

-Nos ayuda y apoya al 100%. Nos pusieron unos asesores externos para tratar de sacar la situación adelante. A priori, lo mejor era que la Xunta nos interviniera y nos echase una mano, pero nos dijeron que era muy complicado.

-¿Llegó con algún proyecto en mente a parte de resolver la situación económica?

-Nuestro principal objetivo era potenciar las ventas y lo estamos consiguiendo. Fuimos captando compradores nuevos. El anterior patrón decía que no iba a buscar a la gente por las casas. Nosotros sí.

-Las ventas en la lonja de Cariño se duplicaron en los tres primeros meses del año en comparación con 2014. ¿Se debe a su trabajo o a que hay más recurso?

-Es por la nueva gestión. Antes los armadores apenas vendían aquí. Nos reunimos con la flota y le explicamos que era necesario vender en Cariño para solucionar nuestra situación. El porcentaje de sus ventas que aportan los socios (4,5%) es fundamental para nuestros gastos y los servicios que ofrecemos: fábrica de hielo, cámaras de congelación, carnada... Antes subastaban en A Coruña, pero si no contribuyen aquí no podemos dar esos servicios.

-Economía a un lado, ¿tiene algún otro problema el pósito?

-Hace 30 años Cariño tenía una flota inmensa y se fue reduciendo. Nos piden demasiados requisitos y los hijos de muchos patrones decidieron no seguir con la empresa familiar. Se desguazan muchos barcos y por eso la flota disminuye.

-¿Por qué no se produce ese relevo generacional?

-Porque la actividad no es rentable. Además, tenemos encima a la Guardia Civil, a los inspectores del Gobierno y a la Xunta. No nos dejan trabajar. Están sometiendo a la gente a una presión inaguantable.

-¿Qué opina de las administraciones pesqueras?

-Los políticos que legislan deberían sentarse a hablar con el sector. Las normas vendrán de Europa o de donde sea, pero si no le preguntas a la gente las inquietudes que tiene, nunca mejorará su situación.

-¿Cómo están los ánimos de los armadores de Cariño?

-Hay gente que está ya desquiciada, hipotecada hasta las orejas y que quiere trabajar y no puede. Estas situaciones no animan a la gente a seguir con la actividad.

-Hablaba antes de requisitos. ¿Cree que el sector debe cumplir demasiados trámites burocráticos?

-Es una aberración. Tengo una lancha de seis metros y un botiquín que no sé si lo habrá en el hospital general. ¡Si estamos trabajando a cinco minutos del muelle! Te ponen trabas para todo y el precio del pescado cada vez es menor. Recuerdo vender el kilo de merluza a 1.000 pesetas [seis euros] y ahora en la lonja se vende a un euro y poco. Después en la pescadería te lo cobran a diez. Esto es un desastre.

-¿No le ve futuro al sector?

-Si cambian un poco las cosas en relación a la legislación pesquera, sí. No sé cómo aguanta tanto la gente. Cualquier día habrá una desgracia. No sé de qué tipo, pero gorda. Es lo que están provocando porque los marineros no pueden sobrevivir.

-¿Cree que la situación de los recursos permitiría fijar mayores cuotas de pesca?

-Pescado hay. Este año no hubo mucho, pero en otros ejercicios sí y no pudimos capturarlo.

-La semana pasada Asoar-Armega propuso un aumento del periodo de veda del pulpo, con una parada biológica. ¿Qué le parece la iniciativa?

-Me parece buena idea siempre y cuando la Administración pague. Ya se hizo otras veces y cuando llegaba la hora de cobrar, no se cobraba. Te dan el caramelo para que pares pero después no cumplen. Con el tema del cerco, por ejemplo, la mayoría de los barcos de Cariño no pararon porque sabían que no tenían garantías de cobrar.

-A modo de autocrítica, ¿qué debe cambiar el sector para mejorar su situación?

-La gente tiene que implicarse más con las cofradías. Los barcos deberían dejar el pescado en su propia lonja. La Xunta tendría que exigir por ley que el 90% de las ventas que hicieran al año se quedasen en el puerto base. Así se acabarían los problemas.

-¿Les afecta el furtivismo?

-Mucho. La vigilancia es para la gente que trabaja. A mí, si me multan, pago. Pero a un furtivo que va con un coche de desguace y que se lleva los percebes no le van a hacer nada. Mañana compra otro coche por 150 euros y está aquí otra vez. Lo deberían haber tipificado como delito hace mucho tiempo. Ahora la gente se lo pensará más.