La Xunta ya tiene bajo su mando dos drones que usará para emergencias. Son los primeros vehículos aéreos no tripulados a los que recurre la Administración autonómica para que le sirvan de apoyo en la búsqueda de personas desaparecidas, en rescates, en la vigilancia de eventos masivos, en la detección de incendios forestales o en la evaluación de eventuales catástrofes.

La Axencia Galega de Emerxencias formalizó los contratos para hacerse con la compra de estos drones el pasado 15 de junio tras resultar adjudicataria del concurso la empresa Aeromedia UAV. La licitación tenía un tope de 78.000 euros, pero al final se firmó por 60.379 euros, lo que significa una rebaja del 22,5% con respecto a las previsiones iniciales. La Xunta optó por la oferta económica más barata de las que se presentaron.

Las dos aeronaves, pilotadas remotamente, estarán equipadas con cámaras que permitirán enviar imágenes y vídeos en tiempo real, equipos de telemetría para medición, detectores de gases y también una cámara térmica que apreciará cambios de temperatura, lo que ayudará no solo a alertar de la presencia de una persona en un determinado punto sino que también permitirá localizar un fuego.

El Gobierno gallego ya había mostrado en más de una ocasión su interés en contar con estos aparatos, tanto para emergencias como para prevención de incendios forestales, pero estaba pendiente de una normativa estatal que regulase el uso de esta tecnología. En comunidades como Madrid, sin embargo, ya se estaban utilizando drones en fase de pruebas para atender situaciones de emergencia. Y en Galicia varias empresas empezaban a ofrecer el uso de estos aviones no tripulados a administraciones públicas, entre ellas a los concellos.

La compra de las dos aeronaves no tripuladas se hace con cargo a fondos europeos de cooperación territorial España-Portugal, dentro del programa Ariem 112 de asistencia recíproca interregional en materia de emergencias.

Los dos drones no son iguales. Uno será de "uso inmediato", más sencillo, y actuará de "avanzadilla" de la otra unidad para realizar "una primera evaluación de la situación". El otro avión no tripulado, "de uso rápido", más completo y mejor dotado que el primero se encargará del análisis y una recogida de datos más exhaustiva.

Este último equipo vendrá acompañado de unas gafas de realidad virtual que serán utilizadas desde tierra por uno de los efectivos de emergencias de la Xunta. Estas gafas le permitirán navegar cómodamente y visualizar la zona de vuelo del dron.

Incorporarán un sistema de seguimiento de movimiento para que cuando el piloto en tierra mueva la cabeza, la cámara que va instalada en el avión no tripulado se mueva en la misma dirección y pueda ver qué tiene a su alrededor.

La Xunta argumenta que el uso de drones permitirá "un ahorro considerable de recursos y tiempo de gestión" y además permitirá proteger "a las unidades desplegadas sobre el terreno ante posibles riesgos". Así, en caso de incendio ayudarán detectar las fuentes de calor, pero también a la toma de datos y a perimetrar el área devastada por las llamas.