Podemos regresa a Madrid sin un acuerdo debajo del brazo. Con el único caramelo a las mareas de tener grupo propio en el Congreso, pero bajo las siglas de Podemos, Pablo Iglesias y los partidos emergentes que dieron un vuelco al mapa político gallego el pasado 24-M evidenciaron en sus encuentros de ayer y el viernes que hay diferencias que, a priori, auguran unas negociaciones complicadas para pactar una candidatura en común en las elecciones generales de otoño. El líder de la formación morada suma ya dos capítulos de desencuentros. Al protagonizado el viernes con Yolanda Díaz (Esquerda Unida), Xosé Manuel Beiras (Anova), Xulio Ferreiro (Marea Atlántica) y Jorge Suárez (Ferrol en Común), se suma el de ayer con Martiño Noriega (Compostela Aberta).

El líder de Podemos y el alcalde de Santiago constataron las diferencias entre las candidaturas de unidad popular gallegas. Ambos coincidieron en el momento histórico y en la necesidad de cambio para derrotar al PP, si bien Noriega advirtió de que "no debe haber corsés previos ni procesos de casas prefabricadas", en alusión a concurrir a los comicios bajo la marca de Podemos.

Iglesias reiteró que para Podemos es "fundamental en clave electoral y política que el nombre y el logo de Podemos esté en las papeletas". "Ahora bien, no solamente planteamos que se pueda añadir otro nombre al de Podemos, si no que en términos comunicativos en cada lugar puede haber diferentes formas de expresarlo y de hacer campaña independientemente de las papeletas que aparezcan en los colegios electorales. Sobre esto no coincidimos y seguiremos dialogando", indicó.

El líder de Podemos insistió en que ambas fuerzas comparten "muchos elementos de diagnóstico" por lo que el diálogo va a continuar y se ha mostrado muy "optimista" de que las próximas semanas servirán para clarificar muchas cosas. "El diálogo va a continuar porque estamos en un año histórico, en el que la posibilidad de cambio es real y vamos a seguir trabajando en esa dirección", destacó.

Noriega dijo ser optimista, aunque insistió en el modelo que llevó a Compostela Aberta a "disputarle la hegemonía al PP y a ser la lista más votada", que fue mediante la unidad popular, la unión de la izquierda partidaria y social y con métodos de participación que definieron las prioridades y los objetivos. Sobre la posibilidad de que, en caso de confluir, los diputados gallego contasen con un grupo propio, Noriega aseguró que esa cuestión es "un lugar de encuentro en el que se podrían sentir todos identificados", informa Efe.

"Sumar ilusiones"

Al grito de "sí se puede", Iglesias fue recibido en Vigo, donde cerró su primera ronda de contactos en Galicia . "Hemos venido a Galicia para intentar sumar ilusiones. Las mareas han sido capaces de aglutinar un impulso en el que nos reconocemos, pero en las generales la palabra cambio se asocia con Podemos y proponemos a los compañeros ir juntos con la fórmula Podemos-Marea", apuntó

"Vayamos juntos", reiteró el líder morado en repetidas ocasiones antes de insistir en que la candidatura de unidad popular no puede ser un acuerdo de partidos, sino construir un instrumento para devolver el protagonismo a los ciudadanos. "Y por eso planteamos unas primarias a las que se puede presentar cualquiera y en las que establecemos severos correctores de género para que las mujeres puedan ocupar el papel que se le vetó durante años". Iglesias, en un claro guiño a las nuevas formaciones gallegas, destacó que España "es un país plurinacional" con "distintas sensibilidades" que deben quedar plasmadas en el nuevo "sujeto político" al que se dé forma.