Los argumentos de la Xunta de que el acuerdo auspiciado por el Ministerio de Agricultura permitirá "recuperar los precios de forma rápida", según señaló ayer su presidente, Alberto Núñez Feijóo, trasladando, dijo, palabras de la ministra Isabel García Tejerina, no convencieron a los ganaderos que llevaban ayer cinco jornadas apostados en Santiago para desistir de sus movilizaciones. Por el contrario, aunque han decidido abandonar de forma escalonada la capital gallega (ayer mismo empezaron) dejando un retén simbólico y a doble fila en la Xunta, en San Caetano, ayer por la tarde se organizaban ya por comarcas para proseguir con las protestas. Su objetivo era iniciar un bloqueo a las industrias lácteas gallegas (una quincena) y a alguna plataforma logística, además de "controlar" las rutas de recogida. "Que no entre ni salga un litro de leche" es la consigna. Estos movimientos implican, de rebote, una huelga de entregas.

Y han cumplido su amenaza. Desde esta medianoche, unos 30 tractores permanecen concentrados frente a las factorías de Larsa en Vilagarcía y de Nestlé en Pontecesures. Los ganaderos proceden de localidades del Deza, Tabeirós y Terra de Montes. Su protesta, sin embargo, no está afectando a los trabajadores de las plantas, que acceden con normalidad a sus puestos. Tampoco se está viendo perjudicado el tráfico de vehículos en las carreteras.

La Xunta intentó evitar ayer esta situación. Feijóo aseguró que "todo aquello que legalmente se puede poner en un documento está puesto" en el acuerdo propuesto por Agricultura el jueves -aunque se pueden hacer "añadidos" y "concreciones", dijo- y que "no hay nada que se le dé a los productores franceses que se les niegue a los productores gallegos". De hecho, cree que es el "mejor documento de toda la serie histórica de documentos que se pusieron a negociar entre la distribución, la industria y los productores". Por ello, defendió que es una "una oportunidad que no podemos perder" y "recomendó" a los ganaderos que "esta posibilidad no la desaprovechemos".

Pero las seis horas de reuniones entre Feijóo y la conselleira de Medio Rural con representantes de los productores desgranando las bondades del "magnífico" (según Rosa Quintana) borrador de Madrid, no bastaron para disuadir a los ganaderos de las protestas. Al menos no a todos, ya que ASAJA-Galicia se desvinculó "totalmente" de las movilizaciones al ver el texto como el "mejor de la historia del sector lácteo en España".

Una postura similar defendió José Luis Antuña, director general de Feiraco y asistente a la reunión, para quien el acuerdo "es una oportunidad que no se dio nunca en un sector" y una "herramienta" que permitirá "estructurarlo", de modo que "no se lesionará directamente a la parte más débil de la cadena" en los ciclos de bajada de precios. Cree que el acuerdo "puede ser un hito, que marque un antes y un después en la estabilidad del sector".

Los representantes de Unións Agrarias (UU AA), Sindicato Labrego Galego (SLG) o Fruga no mostraron tanto entusiasmo. Roberto García, de UU AA, explicó que quieren "firmar" el acuerdo, pero requieren dos condiciones por escrito antes. Porque, alega, se les exige "confianza" en que industria y distribución cumplirán con su parte, pero no tienen garantías si eso no ocurre. Así, pretenden que se defina qué se entiende por "precio sostenible" (que al menos haya una "referencia", defendió el ganadero lucense Roberto López) y que se fijen sanciones si esos eslabones incumplen su parte. Es decir, "fórmulas legales que no permitan la discrecionalidad total".

Antón Ledo, de Fruga, incidió en lo mismo. A los ganaderos, dijo, "se les pide que hagan un acto de fe, pero la situación no está para actos de fe" y "la gente no puede esperar". Aunque opinó que el texto "puede ser válido", afirmó que en la reunión no se habló de sanciones o de que "el precio de la leche fuera a subir cuando la gente cobre su próximo cheque". También el SLG cuestiona que la propuesta "no garantiza que suban los precios" y que cumplirla se deje a "la buena voluntad" de las empresas "como hasta ahora".

La situación en DIA

Los ganaderos que mantenían bloqueada la entrada al centro de distribución de la empresa DIA en Santiago decidieron retirar ayer por la tarde sus tractores de la zona tras aceptar la cadena de supermercados dos condiciones que le habían planteado. Por una parte, lo que ya hizo DIA, emitir un comunicado en el que garantizase "que la situación de los trabajadores de este centro será la misma que antes de que nosotros llegásemos aquí", explicó Óscar Pose, de Unións Agrarias. Por otra, no usar la leche "como producto reclamo". Pose dijo que estos días vieron el "cambio de postura" de este DIA, "que pasó de no querer firmar el acuerdo de Madrid a firmarlo". Horas antes DIA aseguró que estudiaba "actuaciones legales directas" contra la Administración y los ganaderos por el bloqueo de su almacén tras interponer denuncia.

Sobre el bloqueo a DIA se pronunciaba el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, José Manuel Fernández Alvariño, quien tachó de "inadmisible" la situación que sufría la cadena. Por otro lado, y aunque trasladó el "apoyo" de la CEG a los ganaderos, sostuvo que "nadie puede garantizar un precio mínimo" y pidió respetar la libertad de mercado como "base de la prosperidad". Además, les advirtió que "o crecen, o se integran, o desaparecen".

Al cierre de esta edición, los ganaderos de Lugo seguían reunidos para decidir sus siguientes pasos. Mientras, los productores de Santiago empezaban a bloquear hace unas horas las primeras industrias. Por ejemplo, 30 tractores y docenas de ganaderos del Deza bloqueaban ya de madrugada Larsa en Vilagarcía, y lo mismo ocurría con Feiraco en Negreira, entre otras. Todos se fueron a su destino con el consejo de la Plataforma de hacerlo todo con el "máximo civismo" y sin violencia. Así confían en que cinco días basten para "tener éxito" en sus reivindicaciones..