La Unión Europea (UE) inyectará 201,1 millones de euros en la fase final de la alta velocidad entre Galicia y Madrid, inversión que las autoridades españoles esperan que contribuya a cumplir el último plazo oficial de entrada en vigor del servicio: 2018. La Comisión Europea anunció ayer la decisión de cargar al programa de la red europea TEN-T el proyecto, vinculado al presupuesto comunitario de 2007 y 2013, cuyo plazo máximo para señalar objetivos concluye el 31 de este mes.

Las partidas europeas, del programa Feder (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), irán a parar al último tramo que está en ejecución y uno de los más complejos de las conexiones ferroviarias europeas: el comprendido entre Ourense y Lubián. Este, según recordó ayer la Comisión Europea a través de un comunicado, cuenta con un coste de ejecución en las obras pendientes de 286 millones, de los que ella aportará el 70,3%. El presupuesto de licitación de ese tramo superaba los 3.000 millones.

"Esta inversión es un ejemplo de cómo la política europea en su vertiente regional beneficia tanto a los ciudadanos como a los sectores económicos, asegurando al mismo tiempo un crecimiento sostenible y respetuoso con el medio ambiente", declaró la comisaria de Política Regional, Corina Cretu.

La inversión pretende "mejorar la competitividad de las conexiones ferroviarias, en particular entre Madrid y las ciudades a lo largo del corredor (Madrid, Zamora, Ourense, Santiago, Vigo y A Coruña). Los principales beneficiarios serán los ciudadanos por donde transcurre la línea ferroviaria, así como los usuarios, que verán reducido su tiempo de viaje", concluye el organismo.

La partida destinada al corredor norte-noroeste del AVE está incluida dentro de los 35.000 millones que España recibió dentro de los presupuestos comunitarios entre 2007 y 2013, si bien los fondos europeos cuentan con dos años a mayores para ser invertidos. Para el nuevo período 2014-2020 la cifra total se rebajó a 28.600 millones.

El anuncio de la UE, a 18 días de la celebración de las elecciones generales y dos jornadas antes del inicio de la campaña electoral, compensa el jarro de agua fría que supuso la decisión de excluir las mismas obras del AVE del plan de 13.100 millones destinados a infraestructuras -Plan Conectar Europa-, que este diario reveló en agosto. Entonces, la propia Comisión reconoció el carácter "estratégico" de la infraestructura, pero alegó restricciones presupuestarias para cerrar el grifo a los 45,3 millones exigidos por el Ministerio de Fomento, decisión que también afectó a otras obras de la comunidad, como el Puerto de Vigo o el Puerto Exterior de Langosteira (Arteixo).

Otros corredores de la alta velocidad española sí captaron entonces esos fondos. La unión del AVE entre Euskadi y Francia logró 459 millones, mientras que en el Mediterráneo la línea Valencia-Tarragona-Barcelona recibió 124,4.

El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se refirió a la inversión anunciada por la Comisión, que calificó de "magnífica noticia" no solo para Galicia, sino "para toda España". En ese punto, aprovechó para lanzar un rejonazo a Ciudadanos, que criticó la obra. "Lo digo porque otros partidos, como [Albert] Rivera (C's) considera que donde tenía que hacerse, ya está hecho", censuró. "Galicia lo merece, lo necesita desde hace tiempo y me alegro de que UE, frente a algunas dudas que ha manifestado este candidato y otros partidos, lo tenga claro", zanjó Rueda.

Además, la ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció ayer que "en cuestión de días" se abrirá la conexión entre Olmedo y Zamora, de 106 kilómetros, que permitirá ahorrar media hora de viaje entre Galicia y Madrid. "La construcción del AVE a Zampora está concluida y se está formando a los maquinistas, con lo que supuesta en servicio es cuestión de días" indicó a la cadena COPE Pastor, que no podrá inaugurar el tramo debido al inicio de la campaña.

La conexión de Galicia y Madrid mediante alta velocidad está pendiente de 220 kilómetros entre Ourense y Olmedo. El pasado septiembre, la ministra de Fomento, Ana Pastor, aseguró que el ritmo de las obras garantiza el último plazo oficial de puesta en marcha del servicio en 2018, después de varios retrasos desde la fecha inicial de 2010, comprometida en el Plan Galicia aprobado tras la catástrofe del Prestige. Poco a poco se fue demorando la fecha, que pasó a 2012 y luego a 2015 antes de la última de 2018. El PSOE relevó en 2004 al PP, que logró de nuevo el poder en el Gobierno central en 2011.

La ministra de Fomento alegó compromiso financiero de su departamento para garantizar ese objetivo de 2018, con 1.077 millones de euros presupuestados para el corredor entre Olmedo-Lubián-Ourense y la conexión con Vigo. Estas obras asumen la práctica totalidad de los 1.160 millones de inversiones en el noroeste, de los que 833 corresponden al tren gallego: de ellos, 773 irán a parar a la conexión con Madrid, lo que supone un 33% más que los fondos previstos para el actual ejercicio.