Con la crisis los ingresos de las administraciones se desplomaron y fue entonces cuando desde la Agencia Tributaria intensificaron su control sobre todo tipo de colectivos y actividades para evitar que ni un euro quedase fuera de la menguante recaudación pública.

Los emigrantes retornados fueron los primeros en ser requeridos por Hacienda. Les pidieron que tributaran por las pensiones del extranjero que no habían declarado. La protestas de estos jubilados que alegaron que nunca hubo afán defraudador lograron ablandar al fisco y se frenaron las reclamaciones.

Pero en su persecución del fraude Hacienda llegó incluso hasta los banquetes de bodas exigiendo facturas a los novios para comprobar que no había pagos en negro. El Ministerio de Hacienda lanzó en 2013 una ofensiva sobre las bodas y exigió a los novios facturas del banquete, el transporte, las flores, las fotos, los trajes, las alianzas y hasta la orquesta para descubrir posibles fraudes.

La Agencia Tributaria investigó también a las comisiones de fiesta y llegó a sancionar con más de 100.000 euros a orquestas por no pagar el IVA. Hacienda envía a inspectores que realicen visitas preventivas a las comisiones de fiestas y también se peinan conciertos y espectáculos contratados. El objetivo es destapar fraudes relacionados con la liquidación del IVA. Para ello, solicitan justificar los pagos a proveedores de los gastos que acarrean la contratación de la banda para la sesión vermú, la orquesta para la noche, las flores para la procesión, la iluminación de las calles y, en el caso de que los hubiera, los fuegos artificiales.