El turismo gallego respira en este ejercicio después de aguantar los años de crisis en números rojos y con la ocupación en mínimos. Pero la temporada baja empieza a notarse y los hoteles ya no registran las ocupaciones de más del 70% de los meses de julio y agosto. Galicia es, de hecho, la comunidad con la ocupación más baja en noviembre, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Apenas dos de cada diez habitaciones estuvieron cubiertas el mes pasado, a bastante distancia de la media estatal con un 47% de plazas ocupadas y más aún si se compara con las autonomías a la cabeza como Canarias con un 75% de ocupación.

Galicia continúa un mes más como uno de los destinos más económicos para pasar unos días de descanso. La comunidad gallega ocupa el tercer puesto por la cola con un precio medio de unos 51,16 euros por cuarto -un 0,3% más respecto a noviembre del año pasado- superando solo a los 49,6 euros que costaba el mes pasado alojarse en un establecimiento hotelero en Aragón y a los 50 euros contabilizados en Asturias.

La sobreoferta de plazas en Galicia impide a los empresarios turísticos a aumentar las tarifas hoteleras. Y eso se nota en la caja de los alojamientos, que se colocan como los que menos ingresan de toda España por cada plaza ocupada. Apenas 14,41 euros, lo que supone 27 euros menos que los 41,5 euros de rentabilidad a nivel nacional.

Los beneficios por habitación en los hoteles gallegos son, sin embargo, un 7,5% más que los 13,4 que ganaban a estas alturas del año en 2014.