La presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo, introdujo la polémica sobre la ausencia de cargos públicos a actos religiosos en su ofrenda ante el Apóstol Santiago y apeló al deber "constitucional" de los representantes de "honrar" y "cooperar" con las "creencias religiosas" de la sociedad. Durante su intervención como delegada regia en el acto de Traslación del Apóstol, Rojo subrayó el deber de "respetar y honrar" una festividad como esta y recordó que la Constitución española "obliga a los poderes públicos a tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española" y a "cooperar con las distintas confesiones", entre las que "cita expresamente a la Iglesia Católica".

En la ofrenda, Pilar Rojo -que dejará el Parlamento para incorporarse al Congreso- calificó de "privilegio" el poder tomar la palabra durante el acto y reivindicó el "espíritu constitucional anclado en la no confesionalidad" frente al "laicismo, un principio que no contempla la Carta Magna". Del mismo modo, subrayó la "deuda" de la sociedad gallega con el "fenómeno jacobeo", una cuestión "que no hay que olvidar nunca, tampoco por parte de los poderes públicos".

La delegada regia de Felipe VI parecía así hacer referencia a la decisión de los alcaldes de las mareas -A Coruña, Santiago y Ferrol- de no acudir como representantes públicos a actos religiosos para separar las actividades de la Iglesia de su labor en el ámbito civil.

De hecho, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, no acudió ayer a los actos religiosos, aunque sí cumplió con su papel institucional participando en el pase de revista a las tropas y en la recepción institucional celebrada en el Pazo de Raxoi. El pasado año, el entonces regidor, Agustín Hernández, actuó como delegado regio, un encargo que el actual alcalde ya avanzó que rechazaría en el caso de ser propuesto, lo mismo que hizo nada más tomar posesión ante la celebración del Apóstol el 25 de julio.

Tras los actos, el alcalde de Santiago consideró "respetable" la posición de Pilar Rojo, pero reiteró que la decisión de no participar en actos religiosos está "explicitada" y nace de la "posición del grupo de gobierno de separar los espacios civiles y los religiosos". "Hoy cumplimos con nuestras obligaciones de representación, como siempre", dijo Noriega en declaraciones a los medios, quien echó mano del humor para ironizar con la posibilidad de que el mensaje de Pilar Rojo fuese dirigido al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, o al portavoz del PP local, Agustín Hernández, que "tampoco estaban".

La crisis de los refugiados, la igualdad entre hombres y mujeres y la lucha contra el terrorismo internacional protagonizaron las intervenciones dirigidas al Apóstol. Rojo reclamó "unidad y consenso" para hacer frente a la "ley del miedo" del terrorismo, tras recordar que la sociedad vive "momentos de agitación" en los que "la oscuridad del radicalismo pugna contra la luz de la libertad".

Por ello, instó a "no seguir tolerando la persecución que sufren los cristianos por el hecho de ser cristianos". "La libertad religiosa no puede verse vulnerada por interpretaciones violentas de ciertas ideas, interpretaciones que particularmente agreden a los cristianos", apuntó, tras pedir que los derechos sociales "no se vean menguados por la intransigencia y el radicalismo".

La delegada regia tuvo palabras de recuerdo para la crisis de los refugiados que "huyen de zonas de guerra y de conflicto" y apostó por "articular los procedimientos y ayuda necesarios" para paliar su "situación de vulnerabilidad".

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, hizo un llamamiento a las "personas sensibles a las necesidades de los demás" para enfrentarse a "la miseria bajo todas sus formas" y tuvo también palabras de aliento para las familias, los refugiados y las víctimas del terrorismo.