Las consultas de herederos a profesionales tributarios y financieros se han disparado en los últimos años para informarse sobre cómo afrontar con mayor holgura el pago del legado que le dejan sus familiares. Y es que recibir una herencia es para muchos un verdadero quebradero de cabeza por el desembolso que hay que afrontar. Cada gallego que recibe una herencia en la comunidad paga una media de 6.200 euros en impuestos a la Xunta, una cifra que convierte a Galicia en la séptima comunidad que donde más hay que tributar por decir aceptar un testamento.

La factura fiscal que se paga al aceptar los bienes heredados es una de las causas que está detrás del elevado número de renuncias. De hecho Galicia es la sexta comunidad con más legados rechazados. Los datos hablan por sí solos: un gallego paga hasta 22 veces más que en autonomías con el impuesto de Sucesiones rebajado. Las diferencias autonómicas en este tributo alcanzan en la actualidad un 13.000%. Esta situación ha llevado en los últimos años a cada vez más contribuyentes a consultar a expertos sobre un posible cambio de domicilio a comunidades con una menor presión fiscal. Otra de las opciones por las que se ha apostado desde el inicio de la crisis es por las donaciones en vida, que tienen bonificaciones.