Si los campos de Castilla inspiraron a Machado, la alargada sombra de los paisajes gallegos puede rastrearse en la obra de Pondal, Rosalía o Novoneyra, entre tantos otros. Pero el entorno en el que viven, fruto de la interacción de los humanos con la naturaleza que les rodea, influye en todos los gallegos, no solo en los poetas. Que "somos paisaxe" lo defiende desde su propio título, como declaración de principios, la web promovida por la Xunta y la Fundación Galicia Sustentable para concienciar a los ciudadanos de los "importantes retos" que hay que afrontar desde el paisaje como "elemento estratégico de competividad" y para prepararlos para que se impliquen en los procesos de decisión que le atañen.

A esa participación ciudadana apeló la Consellería de Medio Ambiente para la elaboración del Catálogo das Paisaxes de Galicia, que formará parte del Atlas das Paisaxes de Galicia, para identificar y caracterizar los valores y potencialidades de las 50 comarcas que conforman las doce áreas paisajísticas en las que se ha dividido el territorio gallego y en el que también se integrarán las Directrices da Paisaxe. Además de una docena de talleres, en donde dos centenares de agentes sociales pudieron expresar su parecer, la Xunta habilitó durante dos meses una web para recoger las aportaciones de los ciudadanos, porque, alegan desde el Ejecutivo, "nadie conoce tan bien el territorio y el paisaje gallego como quienes viven en ellos". Estas sugerencias serán evaluadas antes de cerrar el documento definitivo.

La principal conclusión de sus recomendaciones es que el país de los mil ríos es el de los dos mil paisajes. Ese es el número (2.096 en concreto) de "lugares de interés paisajístico" apuntados por 551 gallegos que se animaron a participar.

A los gallegos se les preguntó por los puntos que representaban sus "preferencias" y se les recordó que el objetivo era buscar las zonas geográficas "con mayor calidad paisajística" y que posean "singularidad o representatividad". El resultado es un mapa plagado de puntos que no prescinden de los enclaves que ya se han convertido en clásicos para quienes quieren conocer Galicia, como las Cíes, el casco histórico de Santiago, la Ribeira Sacra o las fragas del Eume. Pero el proceso sirvió también para descubrir referencias menos habituales.

Como explican desde Medio Ambiente, en el listado de los lugares reseñados por la población, figuran, por supuesto, los emblemáticos, pero en la consulta los ciudadanos "preferían" identificar enclaves "poco conocidos y de su zona" más que los "ya evidentes". Algunos de los sitios registrados reflejan, además, "un conflicto social que va más allá de las cuestiones paisajísticas", como señalan desde la Administración.

Así podría ocurrir, por ejemplo, con el lugar más frecuentemente identificado, según una lista de la Xunta: el valle fluvial del Lourido, un cauce que salió a la palestra cuando se planteó la mina de Corcoesto, en Cabana de Bergantiños, y que los usuarios de la web defienden como "merecedor" de protección.

En el número dos de los más sugeridos aparece la Ruta da Raia. El recorrido parte de Vilardevós, localidad ourensana situada en la frontera con Portugal en la que se encuentra el Centro de Interpretación del Contrabando. De allí nacen tres senderos, que siguen los caminos por los que antiguamente se realizaba esta actividad, y el de la Raia es uno de ellos.

También en Ourense pueden presumir de colocar en cuarto puesto de los parajes más referidos As Ermidas, como emplazamiento "de interés patrimonial y ambiental" marcado por el valle del río Bibei. Este enclave precede en la enumeración al primero que despunta en Pontevedra: la Serra do Galiñeiro, una cordillera que los usuarios incorporan no solo "por su enorme interés geológico", sino también por poseer "alguna de las cotas más elevadas de la provincia" y ser "un mirador privilegiado y un emblema paisajístico para las Rías Baixas".

En el país de los mil ríos no es de extrañar que estos, sus riberas, sus valles o las construcciones que aprovecharon la fuerza de sus cauces estén entre los espacios favoritos de los gallegos. Así, en el quinto puesto se situaría la zona de vegetación autóctona en las riberas del Miño, en Lugo, una provincia en la que destaca, en octava posición por densidad de puntos, el mirador de Monte Castelo de Burela y su vista privilegiada de la Mariña e incluso de Asturias, "en días claros". El Mosteiro de Carboeiro, a orillas del Deza y sexto en el ranking de los más citados, pone el foco sobre la provincia de Pontevedra.

Los dos elementos que completan la relación de los más lugares de interés paisajístico más referidos no están hechos por la mano del hombre: son Pena Trevinca y el Teixadal de Casaio, ambos en Ourense y estrechamente vinculados, ya que el bosque se emplaza muy cerca del pico. El primero, "el techo de Galicia", aparece en la lista de los más citados con el número siete, mientras el Teixadal do Casaio, un conjunto de tejos centenarios "único" en Europa, se sitúa en el noveno.

Desde la Xunta subrayan cómo el 74% de los puntos identificados por la población no está incluidoen un espacio natural protegido, aunque reúnan uno o varios valores paisajísticos que los hace destacar: el 29% tiene valor natural o ecológico; el 24%, patrimonial o cultural, y un 48% sobresale por su valor estético o panorámico.

En el mismo proceso se invitó a los ciudadanos a caracterizar "valores paisajísticos" de cada zona. Destacaron 864 puntos: 209 por su valor ecológico o natural; 211, por el cultural o patrimonial; 152 por valores estéticos y panorámicos, y 292 por su valor de uso.