En Marea abrió ayer la puerta a un apoyo a la investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno si presenta un "proyecto de izquierdas" que "blinde el Estado del Bienestar" y "luche contra la corrupción". La coalición gallega mostró esa posición tras reunirse con el Rey en la ronda de contactos de este con las formaciones representadas en el Congreso. Fue la primera del grupo "plurinacional" de Podemos en plasmar esa posibilidad.

La encargada de encontrarse con Felipe VI fue Alexandra Fernández, militante de Anova que ejercerá de portavoz de En Marea en primer lugar. Aunque en un principio estaba previsto que acudiera a Zarzuela acompañada del Antón Gómez-Reino, razones de "agenda", según aclaró, le impidieron acompañarla. "Le transmitimos [al Rey] que vamos a tener siempre la mano al PSOE porque entendemos que ellos y sus bases, que creen de verdad en la redistribución de la riqueza y la igualdad, están reclamando a su partido un proyecto de izquierdas y lo que no puede hacer ahora es pactar por arriba un acuerdo con PP y Ciudadanos. Eso sería ir contracorriente de lo que sus propias bases están reclamando", declaró Fernández.

Fuentes de En Marea matizaron tras su intervención ante los medios que la diputada se refería en sus declaraciones a la actitud del PSOE en el Congreso, en cuya Mesa apoyó el veto de PP y C's a que tanto esta coalición como sus aliadas en Cataluña y Valencia pudiese constituir un grupo propio, si bien en su declaración Fernández desliza la condición de un "proyecto de izquierdas" para tender esa mano al PSOE.

Su declaración se produjo el mismo día que sus socios elevaron la presión sobre los socialistas para que presente alternativas ante la previsible incapacidad de formar Gobierno del PP, con Mariano Rajoy de candidato a la reelección. "Pedro Sánchez quiere ser investido, es él quien tiene que decir qué proyecto quiere para España, no hablar solo de sillones como en el caso de la negociación de la Mesa del Congreso", pidió el número dos de Podemos, Íñigo Errejón.

Fernández estableció los requisitos de los seis diputados de En Marea para apoyar un proyecto "alternativo", que pasa por el freno a "recortes y privatizaciones" en el ámbito público y una "lucha clara contra la corrupción". Apostó, además, por iniciar un "proceso constituyente" donde se solucione el "reto" del modelo territorial, que "solo se podrá resolver con más y mejor democracia". La coalición apuesta por un referéndum en Cataluña y en las nacionalidades históricas y un cambio en el modelo de Estado.

Fernández, cuyo encuentro con el Rey se prolongó durante una hora, también justificó ayer en declaraciones a Europa Press que su formación renunciase a dar la batalla por el grupo propio en el Congreso hasta las últimas consecuencias, como habían asegurado tras conocerse la oposición a ese deseo de PP, PSOE y Ciudadanos, que suman siete de nueve asientos en la Mesa de la Cámara. Alegó que la "falta de garantías" de que si registraban la propuesta podrían integrarse en el grupo de Podemos sin tener que ir al mixto los forzó a sellar el acuerdo para constituir Podemos-En Comú Podem-En Marea, que funcionará de forma "confederal".

Una imagen de sus diputados en el mixto hubiese minado la proyección de una nueva coalición en las autonómicas previstas a final de año. Los 65 integrantes de la coalición -42 de Podemos, 6 de En Marea, 12 de En Comú y 5 de la lista valenciana tras el intento de los diputados de Compromís de constituir un grupo propio que ayer la negó la Mesa- negocian un reparto de fondos y tiempos que permita una representación "horizontal" y prime las alianzas territoriales en los debates que les afecten, según Europa Press.