Galicia quedó ayer bajo la influencia anticiclónica que dio una tregua al temporal de lluvia y viento de los últimos días y permitió disfrutar del sol pese a las bajas temperaturas. Pero en las cuatro provincias gallegas, sobre todo en las del interior, los efectos de las lluvias y la nieve aún se notaron ayer con alertas y cortes en una decena de carreteras gallegas. En la provincia de A Coruña, la rotura de varias mamparas el domingo en la variante de Noia obligó a circular con precaución por el corte de la vía. Las precipitaciones del fin de semana también provocaron el aviso de nivel amarillo en la N-550 a su paso por Redondela, adonde acudió ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para comprobar las consecuencias del temporal. Redondela junto a Arbo pedirán además la declaración de zona catastrófica por las riadas. El titular del Ejecutivo gallego adelantó que hoy el Consello da Xunta realizará una primera evaluación de los daños del temporal en carreteras y puertos autonómicos.

En Pontevedra, la DGT mantuvo cortes por desprendimientos y obstáculos en la PO-253 en Pazos de Borbén, la PO-406 en Crecente y la CG-4.1 en Abelendo (Moaña). Pero las mayores complicaciones se dieron en Lugo y Ourense por la presencia de nieve. En la provincia lucense, Tráfico pidió circular con precaución por la N-VI en Pedrafita do Cebreiro y en la LU-633 hasta Triacastela. Un desprendimiento de tierra y piedras que se produjo el viernes mantiene cerrada por completo la circulación en la LU-P-1410 en Cervantes.

Las nevadas también condicionaron la circulación en Ourense, donde es necesario transitar con precaución en la OU-121 a la altura de A Mezquita y en un tramo de la OU-122 que pasa por Carballeda de Valdeorras. El hundimiento de parte del pavimento cerraron un carril cerrado en la autovía A-52 en Melón y A Mezquita. Y un desprendimiento provocó el cierre de un carril en la misma vía a su paso por la zona de Salceda de Caselas (Pontevedra).

A pesar de que desde ayer MeteoGalicia desactivó las alertas por acumulación de agua y nieve, la bajada de las temperaturas hasta en cinco grados dejó heladas nocturnas y aumentó la presencia de hielo en la red viaria. En ayuntamientos de las montañas de Lugo y Ourense como O Barco de Valdeorras, Manzaneda, A Gudiña y Folgoso do Courel los servicios de emergencias trabajaron todo el día para evitar la formación de placas de hielo. En el municipio ourensano de Castro Caldelas el Grupo Supramunicipal de Emerxencias (GES) solicitó ayuda para rescatar a un vehículo atrapado en una placa de hielo y varios conductores alertaron por la presencia de hielo en carreteras de Triacastela (Lugo), en la N-640 en Silleda (Pontevedra) y en la PO-960 en Vila de Cruces. En la jornada de ayer no fue necesario suspender la actividad en ningún centro educativo, pero unos 73 alumnos de siete colegios de la provincia de Lugo se quedaron sin clases. El lunes fueron 2.224 los estudiantes afectados por las nevadas.

La influencia anticiclónica de ayer fue pasajera porque hoy regresan las borrascas atlánticas y con ellas la inestabilidad. Un frente frío se desplazará hacia el mediodía por la comunidad y dejará a su paso precipitaciones fuertes en toda Galicia con tormentas en algunas localidades. La borrasca causará también un descenso de la cota de nieve hasta situarse en los 1.200 metros por la tarde y en los 700 durante la noche. Mañana otra masa de aire frío será la responsable de que continúen los chubascos -con tormentas e incluso granizadas- que se concentrarán por la mañana en el noroeste de la comunidad gallega y por la tarde llegarán también al centro y al sur. El viernes será un día muy nublado con lluvias débiles por la noche, mientras que el fin de semana Galicia quedará en un área intermedia entre las bajas y las altas presiones, con cielos muy nublados y precipitaciones poco intensas. Esta situación se mantendrá a principios de la próxima semana y empezará a empeorar a partir del martes con chubascos generalizados y descenso de las temperaturas.