Recuerdo que Isaac Díaz Pardo se refería a la derecha neoliberal con su natural perspicacia y cultivada ironía: "Defenden a liberdade?, pero só a comercial". Y se extendía en explicar lo que venía a ser una dictadura de los mercados, donde toda dignidad y justicia se sacrifican al becerro de oro. Hoy en el mundo se están produciendo peligrosos movimientos en países de todo el orbe donde cobra protagonismo el más abierto autoritarismo que coloca en un brete los usos y modos democráticos. La victoria de Trump entre los republicanos de los EEUU; el giro prácticamente dictatorial de Erdogan en Turquía a pesar de lo cual es considerada por la UE como país seguro solo para externalizar la obligación de acoger a los refugiados; el triunfo de los gánsters brasileños sobre un gobierno con los errores que sea, pero legal y legítimo; los innegables avances y/o resistencias de los fundamentalismos; la eclosión neofascista xenófoba en gran parte de Europa; el frenazo al desarrollo político de la misma UE y el creciente deterioro del Estado del bienestar; la extensión de la inseguridad en el mundo, de la mano del terrorismo ya sin fronteras?Todo ello son solo algunos ejemplos pero síntomas evidentes de que un desarrollo tumoral enferma a las sociedades y países democráticos y pone en muy serio riesgo la vida de la democracia misma. Es como si la aplicación radical, sostenida y extensa, de las doctrinas neoliberales en el mundo, a fuerza de vaciar los Estados y de engordar el poder efectivo de las grandes corporaciones y mercados financieros, llegase a un punto de incompatibilidad radical con el más elemental ejercicio de la democracia. O, dicho de otro modo, es como si los sistemas democráticos ya no fueran útiles ni sirvieran para poder hacer efectivos los designios neoliberales porque chocan objetivamente con los intereses de las mayorías y, en consecuencia, para consumar aquellos designios se hiciese necesario recurrir a sistemas políticos autoritarios acabando con las democracias que les resultan ya inútiles. Parece que esto es a lo que conduce ese liberalismo que únicamente reconoce como esencial lo que Isaac llamaba con sorna "liberdade, pero só comercial".