Los excedentes de leche en el mercado europeo no dejan de crecer pero por ahora ningún estado europeo ha decidido apostar por la propuesta que hizo el mes pasado la Comisión Europea (CE) reclamando a las organizaciones de productores y cooperativas reducir el volumen de entregas de forma voluntaria y temporal. En España, la ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, anunció que sopesa ofrecer incentivos a los ganaderos que se acojan a los acuerdos de la UE de retirar leche del mercado, aunque sin concretar con qué criterios. La Interprofesional Láctea (Inlac), en la que se integran las asociaciones de productores y la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), anunció ayer que no tiene capacidad para poner en marcha medidas de cara a reducir las entregas al no poder usar la extensión de norma, es decir, el reconocimiento del Ministerio de Agricultura de un acuerdo adoptado en el seno de una organización interprofesional agroalimentaria para supuestos contemplados en la ley.

Aunque desde la Inlac aclaran que no pueden poner en marcha ningún acuerdo encaminado a este objetivo, consideran que no se debería "dejar pasar la oportunidad que se deriva de la aplicación de estos reglamentos". Por eso, insta al Gobierno central que explore "alternativas de financiación" con las que se logre bajar el nivel de entregas de leche pero, eso sí, de forma efectiva. En este sentido, propone financiar las jubilaciones anticipadas de titulares de explotaciones para las que no hay relevo generacional. En esa misma línea se pronunciaron los sindicatos agrarios la semana pasada, al considerar que si se aplica la reducción en otros casos la viabilidad de las granjas puede verse comprometida.

La Inlac insiste, por otra parte, en que la voluntariedad de la propuesta de la UE es la principal dificultad para que salga adelante y -añade- solo será eficaz si se aplica "de forma global" entre todos los países comunitarios y sobre todo "en los más excedentarios", entre los que no estaría España, que produce un 25% menos de lo que se consume. Para la secretaria xeral de Sindicato Labrego Galego, Isabel Vilalba, destacó el "fracaso" de esta política porque mientras que los precios de la leche en Galicia están entre los más bajos de toda Europa, países como Irlanda o Países Bajos aumentaron de forma "desorbitada" su producción.

Bruselas insiste en que está en manos de los ganaderos "juntar sus fuerzas" y reducir los excedentes de forma colectiva. El comisario de Agricultura, Phil Hogan, achaca la actual crisis de precios no al fin de las cuotas lácteas que regulaban el mercado, sino a "una tormenta perfecta" provocada por el aumento de producción a nivel global, el veto de Rusia a productos europeos y la desaceleración de la demanda en China.

La realidad es que los excedentes siguen subiendo y a pesar de que el pasado marzo la CE decidió aumentar el volumen máximo de intervención a precio fijo al pasar de 109.000 toneladas a 218.000. Pero ese tope ya se ha rebasado y por eso el Ejecutivo comunitario se plantea aumentar el "techo" de nuevo hasta las 350.000 toneladas.

Ante la negativa de Bruselas de aumentar los precios de intervención esta es la única fórmula para evitar que los excedentes que se pagan a precio de leche en polvo se sitúen por debajo de los 20 céntimos actuales, una cifra que en Galicia es un 58% menos de lo que cuesta producir un litro.