Los más de 10.000 militantes del PSOE en Galicia están llamados hoy a elegir a su candidato a la Presidencia de la Xunta y dirimir la liza, con posturas antagónicas en algunos aspectos -como pactar con En Marea si fuera necesario para desbancar a Feijóo de San Caetano-, que mantienen José Luis Méndez Romeu y Xoaquín Fernández Leiceaga. Se pone fin así a una campaña interna para las primarias que ha resultado polarizada y muy tensa y que preconiza una difícil reconciliación.

El proceso arrancó ya con polémica, pues la gestora del PSdeG convocó las primarias a pesar de que la agrupación de Vigo -la más numerosa de Galicia- y gran parte de Ourense eran partidarias de dejarlas para después de las elecciones generales. Además, la cita se concretó tras una reunión en Madrid con la dirección nacional del partido a la que asistió el dimitido secretario xeral, José Ramón Gómez Besteiro, y solo se dio un plazo de tres días para presentar las candidaturas. Un periodo demasiado corto que el comité federal del PSOE se vio obligado a corregir y ampliarlo en diez días más.

Justo al día siguiente de anunciarse la convocatoria de primarias, Leiceaga dio el paso al frente y se postuló como primer aspirante a la Presidencia de la Xunta. En ese mismo momento se soltaron las ataduras. Méndez Romeu censuró los "acuerdos de despacho" y que se activaran las primarias "con obscuridad", sin apenas tiempo para sondear la opinión de los militantes.

Una parte del PSdeG interpretó que la gestora había maniobrado para dificultar la presentación de candidaturas y que la baza del aparato era Leiceaga. En la recogida de avales, este consiguió 2.216 por los 2.537 de Méndez Romeu. El tercer contendiente, Gonzalo Caballero, quedó fuera de la liza al conseguir solo 450 apoyos, cuando el mínimo exigido era de 1.010. Pero durante la campaña, Caballero se alió con Leiceaga, lo que acabó de sumir al PSdeG en una profunda dicotomía.

Pactos

Durante la campaña, las diferencias entre los dos candidatos quedaron al descubierto. Sobre todo por la posición ante un hipotético pacto con En Marea para desbancar al PP de la Xunta. Méndez Romeu se muestra totalmente contrario a pactar, ni siquiera para presidir el Gobierno gallego. Por su parte, Leiceaga es partidario del diálogo y alcanzar un acuerdo si con ello se lleva al PSOE al Ejecutivo autonómico.

También hubo enfrentamiento por el perfil de cada uno. Leiceaga se presenta como la renovación del PSdeG y señala a Méndez Romeu como el candidato de los barones del partido. El presidente de la Diputación de Lugo y afín a Besteiro, Darío Campos, llegó incluso a cuestionar a Romeu por su edad (65 años).

Por contra, José Luis Méndez ve a su contrincante como el candidato de la gestora que intenta perpetuarse al frente de la organización y seguir actuando de espaldas a los militantes. De hecho, no se cansó de repetir que la candidatura de Leiceaga nació en un despacho.

En lo que coinciden los dos, claramente, es en su propósito de provocar el cambio político en Galicia y sacar al equipo de Feijóo de la Xunta.

Tras el PP y el BNG, el PSdeG será la tercera formación que ya tiene nombre para su encabezar el cartel electoral. Pero le quedará, no obstante, otra difícil decisión. La de elegir a la persona que ocupe la secretaría xeral del PSdeG y cuya batalla queda para dentro de unos meses.